EL DECRETO DE AMLO Y EL EJERCITO
Edgard González Suárez
Comentario Radio Grupo FM 96.5 Veracruz
18 DE MAYO 2020
Sin duda, entre otros acontecimientos de la
semana pasada, el que más llamó la atención de la sociedad fue el Decreto
Presidencial publicado en el Diario Oficial de la federación el día 11 de mayo
pasado.
Dicho decreto es el trámite complementario del
artículo 5º transitorio de la Reforma Constitucional de marzo de 2019, aquel
donde se crea la Guardia Nacional.
El Decreto previsto desde marzo de 2019, faculta
al Presidente para dar cumplimiento al 5º transitorio para hacer uso de las
fuerzas militares y apoyar a la Guardia Nacional en tareas de Seguridad
Pública.
Dicha disposición jurídica, legal y
constitucionalmente prevista, votada por la Mayoría, casi unánime de las
cámaras, tanto la de senadores como la de diputados, además de que fue votada por la mayoría de los Congresos de los estados; y que se enmarca dentro de
la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, La ley de la Guardia Nacional y
los reglamentos que se derivan de ellas. Ha generado nuevamente un ataque feroz
de la oposición política. Esa misma oposición que voto a favor de la Ley que
crea la Guardia Nacional.
Ahora, según la oposición vamos a la “militarización
del país”, según la oposición dicho decreto es una “traición de López
Obrador”; según algunas ONG´s dicho decreto “entrega la Seguridad
Pública al Ejercito”, otros sesudos analistas aseguran que es una “respuesta
de López Obrador ante el descontento social de los trabajadores”.
Pues las criticas e incluso la oposición a esa
medida se explican, no por su ilegalidad, y menos aún por su
inconstitucionalidad, ruta por la que seguramente van a perder, si no
básicamente por dos perspectivas encontradas y sumamente diferentes: No es lo
mismo estar a cargo de las fuerzas armadas y estar en el Gobierno, a estar en
la oposición y no tener ninguna responsabilidad respecto de la Seguridad
Pública, la violencia y las cifras pasmosas de homicidios y muertes en el país.
Lo curioso aquí es que el fenómeno - uso de las
fuerzas militares para apoyar a la Guardia Nacional en tareas de Seguridad
Pública- no le gusta a nadie, ni al partido en el gobierno, ni a la oposición,
ni a algunos sectores de la sociedad civil y quizá ni al mismo Ejecutivo, pero
es Indispensable.
Es clara y notoria la falta de organización, de fuerza,
de presencia, y extensión de la Guardia Nacional. La primera institución
propuesta y creada por el Gobierno de la 4T, tiene enormes deficiencias, y ha
tenido que sortear el saboteo de los grupos de interés nacionales y regionales
que se han pertrechado alrededor de la seguridad.
La misma oposición ha creado y recreado las
cifras espantosas acerca de homicidios, feminicidios, secuestros, extorsiones,
y demás crímenes, además por supuesto de la nueva faceta asistencial de los
Carteles de la Droga. Fiscalías sin autonomía real en todo el país, con recursos
insuficientes y al servicio de políticos (as) y sus partidos; un Poder Judicial
Federal y local poco capaces de enfrentar las exigencias de justicia; avances
muy desiguales y contrastantes en el Sistema de Justicia Penal Acusatorio;
policías infiltradas, mal pagadas y poco capacitadas, un sistema de procuración
de justicia corrupto e inmóvil ante los poderosos.
Y para enfrentar esta crisis, es claro, amigos
del público, que la Guardia Nacional ha resultado insuficiente e ineficiente, y
obliga al Ejecutivo a tomar el mando del Ejército para “algunas”, solo
“algunas” tareas de la Seguridad Pública.
No obstante esto, la Derecha más furibunda ha
desatado una serie de especulaciones y otras tantas mentiras para seguir
abonando a su proyecto de desgaste político del Gobierno de la 4T.
El Decreto, según la derecha opositora, es
muestra de la “crisis sanitaria, económica y de Gobernanza” que tiene al
borde de la locura a este gobierno. Viene, según los analistas y voceros de la
Coparmex, una “tragedia y violación sistemática de Derechos humanos”, “Una profundización de la
tragedia de la Inseguridad”. “un coctel antidemocrático muy peligroso”, etc.
Debo decirlo, a mí tampoco me gusta, la presencia y la cercanía
estrecha del Ejercito, con el Presidente, no me gusta su protagonismo en otras
tareas, diferentes a las de la Seguridad Nacional. Pero como yo la veo, NO hay
de otra.
Lopez Obrador es el presidente más votado en la historia
reciente del país, tiene atrás más de 30 millones de votos, pero debe dar
muestras de acelerar y fortalecer la estructura organizativa, el equipamiento,
la capacitación, la moral, la ética de servicio y la honorabilidad de la
Guardia Nacional. Para que por fin, la GN asuma su rol y papel en la Seguridad
Pública y los militares abandonen las calles.
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