viernes, 20 de enero de 2017

EL COLEGIO AMERICANO DE MONTERREY



TIROTEO DENTRO DEL AULA.

Mtro. Edgard González Suárez.



¿En verdad nos impresiona lo ocurrido en el Colegio Americano de Monterrey? 


¿Cuales son los elementos del tiroteo dentro del aula que nos preocupan, nos atemorizan, o nos mueven al rechazo, al morbo, a la condena o a la celebración?

Algunos compañeros profesores construían sus impresiones alrededor de frases como: 

1. "ya se habían tardado en hacer una cosa como ésta!! 
2. "Era cuestión de tiempo y circunstancia, los ataques a grupos indefensos es parte de la espiral de violencia que vive el país!!
3. "Los valores de antaño se han perdido, y lo que queda es la indefensión del individuo".
4. "Todo es producto de que la familia se ha desintegrado"
5. "Las redes sociales y los videojuegos lo único que hacen es alentar la violencia y el homicidio"
6. La escuela no ayuda, no fomenta y sobre todo no puede contra la descomposición social. 
7. "De que nos alarmamos, en Alepo suceden cosas peores"
8. "Lo que sigue son atentados terroristas planeados o ejecutados dentro de nuestro país.

Como podemos apreciar, si leemos con atención estas "construcciones", todo parece indicar que en el fondo no nos sorprenden eventos como el suscitado en el Colegio Americano de Monterrey. Incluso pareciera que es fácil detectar motivos o "causas" de los hechos: que si la familia, que si los valores, que si los medios de comunicación.
En general, observo que si el tiroteo dentro de una escuela, no nos impresiona, muy seguramente, alguna otra cosa similar, tampoco nos causara el menor asombro, ni consternación.
Y sugiero que estos eventos al estar mediados por las Nuevas Tecnologías -y tener una nula repercusión directa- no dejarán de ser eventos pasajeros, y que rápidamente serán olvidados por la sociedad.
Por otro lado, si existe una zona dentro del imaginario social que acepta como inevitables estos eventos, "que solo era cuestión de tiempo"...es preocupante que nadie, absolutamente nadie, haga nada al respecto, lo cual, es otra forma de insensibilidad frente a la violencia y la matanza de inocentes.
Lo ocurrido en Monterrey debería de ser el detonador para superar esa insensibilidad, esa conformidad y en cierto sentido esa pasividad de las instituciones que so pretexto de "falta de presupuesto" no hacen absolutamente nada. Pero desde luego que no solo las instituciones deberían de actuar, los ciudadanos tenemos una gran responsabilidad.
El sector magisterial entró en una zona de miedo e incertidumbre, hay varios de ellos que saben que pueden ser blanco de los síndromes depresivos, bipolares, psicóticos, o sociópatas ideológico-religiosos o políticos de algunos alumnos. Y sin embargo, suelen ser los más insensibles a trabajar en el manejo emocional de los niños y adolescentes.

El abandono de nuestros niños, la falta de contacto humano, la nula vigilancia a las actividades, reuniones, amigos, formas de entretenimiento, y demás aspectos conocidos que caracterizan estas sucesos, no están siendo atendidos por ninguna institución, ni por los directamente responsables de las acciones de los hijos: los padres.

Independientemente de que el niño haya tenido problemas emocionales, los padres deberían de haber estado acompañando la cura o el tratamiento de esta situación en su hijo, debieron de llevar un récord y un expediente, y compartirlo con la escuela. Informar a la institución, a los amigos y vecinos para coadyuvar en la mejora y tratamiento del niño.

Qué hacer?
Poner a trabajar a las instituciones involucradas: Medios de Comunicación, Escuela, Familia y Gobierno, solo un esfuerzo mancomunado de ellas podrá revertir, o prevenir, sucesos y dramas como los vividos en Monterrey.

jueves, 12 de enero de 2017

SIN ORDEN NI MIEDO A LA POLICÍA



SIN ORDEN NI MIEDO A LA POLICIA
Edgard González Suárez

La historiografía tradicional ha usado el término de “vándalos” para referirse a las migraciones de pueblos seminómadas (procedentes del norte de Europa y Euroasia), todos ellos, denominados por los Romanos, con el genérico de “Bárbaros”, que buscaban lugares de asentamiento más favorables, pero que sus métodos eran la destrucción, el robo, el saqueo, la violación, y sobre todo que carecían de liderazgo militar claro, identificable y con objetivos precisos. El termino y su significado llega a la era moderna para señalar precisamente a las porciones de población que asumen estas características y que además no respetan el orden y desafían lo instituido, a partir principalmente de la violencia. Hoy lo recuperamos para caracterizar los sucesos de los pasados días 4,5 y 6 de enero, donde se vivieron una serie de saqueos a centros comerciales en la Ciudad y Puerto de Veracruz, que conmocionaron y mantuvieron en niveles de preocupación importantes al Gobierno y  demás pobladores de esta ciudad. Las acciones realizadas tuvieron también ciertas características, fueron “vandalizados” los negocios, con piedras, palos y eventualmente armas, y tuvieron el propósito central de llevarse enseres de línea blanca, electrónicos y ropa. El objetivo no fueron las latas, las cajas ni la comida. Tampoco creo que haya sido una protesta contra el alza de las gasolinas.
Los participantes fueron en su mayoría jóvenes entre los 17 y 35 años, entre ellos muchas mujeres, los varones rompían las mallas de lámina y los ventanales, entre tanto una cauda de mujeres, incluso con niños, entraban y tomaban todo lo que estuviera a su alcance, los varones se dirigían a las áreas de electrónicos y enseres para el hogar. Recogían lo más posible y se lo llevaban, en las motos, en autos o incluso en taxis. Acto seguido regresaban por más.

Es mi opinión que el ataque fue organizado, convocado y dirigido por la delincuencia, ese sector que convive en la ciudad pero sin empleo formal ni bien remunerado, vive del robo a casa habitación, de autos, del asalto con armas blancas o de fuego, la extorsión y la venta de drogas al menudeo en distintas zonas de la ciudad. Su vehículo de escape, la motoneta. Que por lo menos esos días y horas, parecía que había más motos que autos en los alrededores. Las características centrales de los saqueos fueron:
-Se realizaron únicamente en la Ciudad de Veracruz y la zona conurbada con el municipio de Medellín.
-Se circunscribieron a algunos centros comerciales no más de 10 (Chedrahuis, Sorianas, Aurreras y Mega-Comercial), y algunas tiendas de conveniencia y negocios menores, (Autozone, Casas de empeño, etc.).
-Todos ellos cercanos a las colonias populares del norte y poniente de la ciudad.
-Participaron un promedio de 5,000 personas
-Generaron con sus actos vandálicos temor, zozobra e inquietud en la demás gente.
Hasta aquí la descripción. Por qué sucedió esto?
Soy de la opinión de que tales actos fueron perfectamente organizados y convocados por el sector delincuencial, recibieron una llamada o mensaje donde se convocaron para llevar a cabo estas acciones y fue precisamente este sector de la población la que acudió al llamado. Este sector es el único sector de la población que no le tiene miedo ni al orden ni a los cuerpos de seguridad, de hecho conviven con ellos, negocian con ellos, transan y trabajan para ellos.
Ni las clases populares, ni las clases medias salieron a saquear comercios, los ciudadanos captados por los videos (maestros, estudiantes, empleados) fueron presa circunstancial de los hechos, se encontraban allí, y vieron la oportunidad de llevarse “cosas” (refrescos, papel de baño, toallas, latería), supusieron que a “río revuelto” ellos podrán salir impunes de tales actos.
No fue ninguna protesta, ninguna organización de resistencia civil, ni ciudadana. Fue el vandalismo alimentado y financiado por los poderes instituidos que aprovecharon la oportunidad de la incipiente organización de las protestas para “reventarlas” o atemoriozarlas.
Los disturbios de Saint Denis, Francia, o los Ángeles, Ferguson, Oakland en Estados Unidos, o Tottenham Inglaterra, son protestas civiles de impotencia, furia, desencanto de la ciudadanía ante el racismo, la impunidad y la violencia de la policía contra migrantes o ciudadanos latinos,  afromericanos o árabes. Son disturbios de carácter racial.
Los disturbios políticos en Túnez, Venezuela, o Atenco en México, son de carácter político, inconformidades contra decisiones de los Gobiernos y que exigen cambios en la política interna.

Lo que vimos la semana pasada no llega siquiera a disturbio, fueron acciones vandálicas, orquestadas, motivadas y sincronizadas con la delincuencia urbana para atemorizar a la población ante posibles resistencias organizadas de la sociedad civil ante la alza de las gasolinas, del precio del dólar, la inflación y la falta de empleo en este país.

martes, 10 de enero de 2017

LA MODERNIDAD LIQUIDA

Zygmunt Bauman; Modernidad Líquida y Fragilidad Humana

Dr. Adolfo Vásquez Rocca - PUCV - Universidad Andrés Bello
Resumen
La modernidad líquida –como categoría sociológica– es una figura del cambio y de la transitoriedad, de la desregulación y liberalización de los mercados. La metáfora de la liquidez –propuesta por Bauman– intenta también dar cuenta de la precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada, marcada por el carácter transitorio y volátil de sus relaciones.
El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, se reduce al vínculo sin rostro que ofrece la Web. Surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible, es la decadencia del Estado del bienestar.
La modernidad líquida es un tiempo sin certezas, donde los hombres que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres asumiendo los miedos y angustias existenciales que tal libertad comporta; la cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro.

Abstract
Liquid modernity –as sociological category is a figure of the change and the transitorily, of the deregulation and liberalization of the markets. The metaphor of the liquidity – propose by Bauman– it also tries to give account of the precarity of the human bonds in an individualistic and privatized society, marked by the transitory and volatile character of his relations. The love becomes floating, without responsibility towards the other, is reduced to the bond without face that offers the Web. Surfing in the waves of a liquid society always money changer – uncertain and more and more unforseeable, it is the decay of the State of the well-being. Liquid modernity is a time without certainties, where the men who fought during the Illustration to be able to obtain civil liberties and to undo of the tradition, are with the obligation of being free assuming the existenciales fears and anguishes that now such freedom tolerates; the labor culture of the flexibility ruins the future forecast.


Palabras clave
Modernidad, individualismo, sociedad, miedo, humano, ética, posmodernidad, globalización.

Keywords
Modernity, individualism, society, fear, human, ethics, posmodernity, globalization.
1.- Modernidad Líquida; Introducción
En Modernidad Líquida1 Zygmunt Bauman2 explora cuáles son los atributos de la sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y cuáles las características que han cambiado. El autor busca remarcar los trazos que eran levemente visibles en las etapas tempranas de la acumulación pero que se vuelven centrales en la fase tardía de la modernidad. Una de esas características es el individualismo que marca nuestras relaciones y las torna precarias, transitorias y volátiles. La modernidad líquida es una figura del cambio y de la transitoriedad: “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen. Como la desregulación, la flexibilización o la liberalización de los mercados”3.

Bauman no ofrece teorías o sistemas definitivos, se limita a describir nuestras contradicciones, las tensiones no sólo sociales sino también existenciales que se generan cuando los humanos nos relacionamos.
2.- De peligrosa extrañeza de los otros a la sociedad de la incertidumbre.
El otro” tipificado como extraño por desconocido es un portador innato de incertidumbre, de potencial peligro, siendo, tal vez, su mayor amenaza, el atentar contra la clasificación misma que sostiene el orden del espacio social en el que se inscribe mi mundo4.
Justamente, los extraños irritan, desagradan, desconciertan porque tienden con su sola presencia a ensombrecer y eclipsar la nitidez de las líneas fronterizas clasificatorias que ordenan el mundo en el que vivo, y de éste modo, cuestionar de manera radical la presunta comprensión recíproca que el “yo” tiene con el “otro”.
El extraño, como cuestionador implacable del orden al que ingresa desde tierras ignotas, ha sido a menudo tipificado con el estigma de ser portador de suciedad, puesto que la suciedad es el caos contaminante que el orden existente pretende expulsar, o bien, portador de ambivalencia, puesto que ésta los hace irregulares e impredecibles en sus reacciones. Es el caso de los marginados sociales que, como una categoría o tipificación de una clase de extraño contemporáneo, reciben sobre sí los rasgos sobresalientes de la ambivalencia y la suciedad: a ellos se les atribuye la falta de confiabilidad por lo errático de su rumbo, su laxa moralidad y promiscua sexualidad, su deshonestidad comercial, etc. “Dicho de otra manera, los marginados son el punto de reunión de riesgos y temores que acompañan el espacio cognitivo. Son el epítome del caos que el espacio social intenta empeñosamente (...) sustituir por el orden”5.
La modernidad líquida es un tiempo sin certezas. Sus sujetos, que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres. Hemos pasado a tener que diseñar nuestra vida como proyecto y performance. Mas allá de ello, del proyecto, todo sólo es un espejismo. La cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro, deshace el sentido de la carrera profesional y de la experiencia acumulada. Por su parte, la familia nuclear se ha transformado en una “relación pura” donde cada “socio” puede abandonar al otro a la primera dificultad. El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, siendo su mejor expresión el vínculo sin cara que ofrece la Web. Las Instituciones no son ya anclas de las existencias personales. En decadencia el Estado de bienestar y sin relatos colectivos que otorguen sentido a la historia y a las vidas individuales, surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible.
3.- Estados transitorios y volátiles de los vínculos humanos; desvinculación.
La incertidumbre en que vivimos se corresponde a transformaciones como el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo y la renuncia a la planificación de largo plazo: el olvido y el desarraigo afectivo se presentan como condición del éxito. Esta nueva (in)sensibilidad exige a los individuos flexibilidad, fragmentación y compartimentación de intereses y afectos, se debe estar siempre bien dispuesto a cambiar de tácticas, a abandonar compromisos y lealtades. Bauman se refiere al miedo a establecer relaciones duraderas y a la fragilidad de los lazos solidarios que parecen depender solamente de los beneficios que generan. Bauman se empeña en mostrar cómo la esfera comercial lo impregna todo, que las relaciones se miden en términos de costo y beneficio –de ”liquidez” en el estricto sentido financiero.
Bauman se vale de conceptos tan provocadores como el de “desechos humanos” para referirse a los desempleados (parados), que hoy son considerados “gente superflua, excluida, fuera de juego”. Hace medio siglo los desempleados formaban parte de una reserva del trabajo activo que aguardaba en la retaguardia del mundo laboral una oportunidad. Ahora, en cambio, “se habla de excedentes, lo que significa que la gente es superflua, innecesaria, porque cuantos menos trabajadores haya, mejor funciona la economía”. Para la economía sería mejor si los desempleados desaparecieran. Es el Estado del desperdicio, el pacto con el diablo: la decadencia física, la muerte es una certidumbre que azota. Es mejor desvincularse rápido, los sentimientos pueden crear dependencia. Hay que cultivar el arte de truncar las relaciones, de desconectarse, de anticipar la decrepitud, saber cancelar los contratos a tiempo.
4.- Decrepitud; estados transitorios y volátiles.
El amor, y también el cuerpo decaen. El cuerpo no es una entelequia metafísica de nietzscheanos y fenomenólogos. No es la carne de los penitentes ni el objeto de la hipocondría dietética. Es el jazz, el rock, el sudor de las masas. Contra las artes del cuerpo, los custodios de la vida sana hacen del objeto la prueba del delito. La “mercancía”, el objeto malo de Mélanie Klein aplicado a la economía política, es la extensión del cuerpo excesivo. Los placeres objetables se interpretan como muestra de primitivismo y vulgaridad masificada.
¿Quién soy? Esta pregunta sólo puede responderse hoy de un modo delirante, pero no por el extravío de la gente, sino por la divagación infantil de los grandes intelectuales. Para Bauman la identidad en esta sociedad de consumo se recicla. Es ondulante, espumosa, resbaladiza, acuosa, tanto como su monótona metáfora preferida: la liquidez. ¿No sería mejor hablar de una metáfora de lo gaseoso? Porque lo líquido puede ser más o menos denso, más o menos pesado, pero desde luego no es evanescente. Sería preferible pensar que somos más bien densos – como la imagen de la Espuma que propone Sloterdijk para cerrar su trilogía Esferas, allí con la implosión de las esferas– se intenta dar cuenta del carácter multifocal de la vida moderna, de los movimientos de expansión de los sujetos que se trasladan y aglomeran hasta formar espumas donde se establecen complejas y frágiles interrelaciones, carentes de centro y en constante movilidad expansiva o decreciente6.
La imagen de la espuma7 es funcional para describir el actual estado de cosas, marcado por el pluralismo de las invenciones del mundo, por la multiplicidad de micro-relatos que interactúan de modo agitado, así como para formular una interpretación antropológico-filosófica del individualismo moderno. Con ello Espumas responde a la pregunta de cuál es la naturaleza del vínculo que reúne a los individuos, formando lo que la tradición sociológica llama “sociedad”, el espacio interrelacional del mundo contemporáneo.
Nuestras comunidades son artificiales, líquidas, frágiles; tan pronto como desaparezca el entusiasmo de sus miembros por mantener la comunidad ésta desaparece con ellos. No es posible evitar los flujos, no se pueden cerrar las fronteras a los inmigrantes, al comercio, a la información, al capital. Hace un año miles de personas en Inglaterra se encontraron repentinamente desempleadas, ya que el servicio de información telefónico había sido trasladado a la India, en donde hablan inglés y cobran una quinta parte del salario.
Las sociedades posmodernas son frías y pragmáticas. Si bien hay expresiones ocasionales de solidaridad estas obedecen a lo que Richard Rorty llamó una “esperanza egoísta común”. Piensese, por ejemplo, en lo que ha sucedido en España después del terrible atentado en Madrid. La nación solidarizó con las víctimas. Fue una reacción mucho más “sensible” que la de los americanos después del 11-S. Ellos expresaron miedo y reaccionaron de manera individualizada, cada cual portaba la foto de su familiar o amigo fallecido. Aquí, en cambio, todos sintieron que una bomba contra cualquiera era una bomba contra ellos mismos, una bomba contra cualquiera de "nosotros". Ese "nosotros" ampliado que se transforma en una empatía egoísta es la base de la "esperanza egoísta común", una peculiar clase de ética de mínimos.
En cambio, cuando el otro es un "radical otro", es decir, no es uno como nosotros, o, si se quiere, no es uno de nosotros, entonces no surge la identificación con la cual se gesta un lazo espontáneamente simpatético, más bien se trata de alguien con quien no nos identificamos proyectivamente. Tal es el caso -por ejemplo- de las reacciones en Europa Occidental frente a la llegada de un importante contingente de personas procedentes de África; esta migración provocó reacciones de miedo, brotes de xenofobia, pero no parece haber generado cuestionamientos serios sobre el hecho -incontrovertible- de que el continente africano ha quedado marginado de la globalización, y de que su población llega al Norte [a Europa] buscando aquello de lo que el Norte ya goza, como derechos adquiridos, prerrogativas sobre las cuales ya ni siquiera se repara.
5.- Desterritorialización; adicción a la seguridad y miedo al miedo.
Lo “líquido” de la modernidad – volviendo a la concepción de Baumam - se refiere a la conclusión de una etapa de “incrustación” de los individuos en estructuras “sólidas”, como el régimen de producción industrial o las instituciones democráticas, que tenían una fuerte raigambre territorial. Ahora, “el secreto del éxito reside (…) en evitar convertir en habitual todo asiento particular”. La apropiación del territorio ha pasado de ser un recurso a ser un lastre, debido a sus efectos adversos sobre los dominadores: su inmovilización, al ligarlos a las inacabables y engorrosas responsabilidades que inevitablemente entraña la administración de un territorio.
Nuestras ciudades, afirma Bauman, son metrópolis del miedo, lo cual no deja de ser una paradoja, dado que los núcleos urbanos se construyeron rodeados de murallas y fosos para protegerse de los peligros que venían del exterior. Lo que Sloterdijk llamó “la ciudad amurallada”8 hoy ya no es un refugio, sino la fuente esencial de los peligros.
Nos hemos convertidos en ciudadanos “adictos a la seguridad pero siempre inseguros de ella”8, lo aceptamos como si fuera lógico, o al menos inevitable, hasta tal punto que, en opinión de Zygmunt Bauman, contribuimos a “normalizar el estado de emergencia”.
El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible situarla en un lugar concreto. "Miedo" es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que no se puede hacer para detenerla o para combatirla9.
Los temores son muchos y variados, reales e imaginarios… un ataque terrorista, las plagas, la violencia, el desempleo, terremotos, el hambre, enfermedades, accidentes, el otro… Gentes de muy diferentes clases sociales, sexo y edades, se sienten atrapados por sus miedos, personales, individuales e intransferibles, pero también existen otros globales que nos afectan a todos, como el miedo al miedo…
Los miedos nos golpean uno a uno en una sucesión constante aunque azarosa, ellos desafían nuestros esfuerzos (si es que en realidad hacemos esos esfuerzos) de engarzarlos y seguirles la pista hasta encontrar sus raíces comunes, que es en realidad la única manera de combatirlos cuando se vuelven irracionales. El miedo ha hecho que el humor del planeta haya cambiado de manera casi subterránea.
6.- Mundo globalizado y policéntrico.
El dominio económico y militar europeo no tuvo rival los cinco últimos siglos, de manera que Europa actuaba como punto de referencia y se permitía premiar o condenar las demás formas de vida humana pasadas y presentes, como una suerte de corte suprema. Bastaba con ser europeo para sentirse dueño del mundo, pero eso ya no ocurrirá más: pueblos que hace sólo medio siglo se postraban ante Europa muestran una nueva sensación de seguridad y autoestima, así como un crecimiento vertiginoso de la conciencia de su propio valor y una creciente ambición para obtener y conservar un puesto destacado en este nuevo mundo multicultural, globalizado y policéntrico.
Sociólogos especializados en movimientos migratorios y demógrafos prevén que el número de musulmanes que vive en Europa puede duplicarse nuevamente para el año 2015. La Oficina de Análisis Europeos del Departamento de Estado de Estados Unidos calcula que el 20% de Europa será musulmana en el año 2050 10, mientras otros predicen que un cuarto de la población de Francia podría ser musulmana en el año 2025 y que si la tendencia continúa, los musulmanes superarán en número a los no musulmanes en toda Europa occidental a mediados de este siglo, puestas así las cosas, Europa será islámica a finales de este siglo.
A este respecto y volviendo sobre los miedos globales, pensemos en la inestabilidad generada por los atentados de Nueva York, allí sin duda tuvo lugar una mutación del terrorismo, el 11 de septiembre de 2001 marca un cambio de época en la historia del miedo; así el régimen del sabotaje y la lógica del pánico vino a ser el argumento central de la política y la base de justificación de una política exterior norteamericana que sembraría otros miedos que nos marcarían a fuego, como los atentados de Atocha -–el 11-M.
7.- El régimen del sabotaje y la lógica del pánico como argumento central de la política en Sloterdijk10.
Como crónica de las relaciones entre teoría y política de Estado, cabe apuntar que cuando Sloterdijk fue convocado por el canciller Schröder para debatir sobre las consecuencias del nuevo escenario mundial en la era del atmo-terrorismo y las guerras de rehenes11 –Sloterdijk se refirió al binomio miedo y seguridad, en relación con la política exterior estadounidense, que suele presentar Washington bajo la rúbrica “intereses de seguridad”. Destacó el filósofo cómo “vivimos en una sociedad obsesionada por la seguridad”, por las pólizas de seguros y las políticas de climatización corriendo el riesgo de perder nuestra libertad. Se refirió también al miedo como un elemento clave para el desarrollo del intelecto. “El miedo -señalo Sloterdijk12– está al comienzo del intelecto, el miedo de alguna manera hizo al hombre”.
La amenaza fundamentalista, que parecía una amenaza periférica, se ha desplazado hacia el centro, rumbo a una hegemonía que a los ojos de muchos resulta pavorosa. Hoy un grupo, monitoreando artefactos desde las montañas más remotas y más miserables del mundo, es capaz de hacer estallar el icono más importante del poderío económico global, como son las Torres Gemelas.
Frente a esto las reacciones neoliberales contra el terror son siempre inadecuadas, puesto que magnifican el fantasma insustancial de Al Qaeda, ese conglomerado de odio, desempleo y citas del Corán, hasta convertirlo en un totalitarismo con rasgos propios, y algunos, incluso, creen ver en él un “fascismo islámico” que, no se sabe con qué medios imaginarios, amenaza a la totalidad del mundo libre. Dejaremos abierta la pregunta por los motivos que han conducido a aquella infravaloración y a esta magnificación. Sólo esto es seguro: los realistas se hallan de nuevo en su elemento; por fin pueden ponerse, una vez más, al frente de los irresolutos, con los ojos clavados en el fantasma del enemigo fuerte, medida antigua y nueva de lo real. Con el pretexto de la seguridad, los voceros de la nueva militancia dan rienda suelta a tendencias autoritarias cuyo origen hay que buscar en otro sitio; la angustia colectiva, cuidadosamente mantenida, hace que la gran mayoría de los mimados consumidores de seguridad de Occidente se sume a la comedia de lo inevitable.



Dr. Adolfo Vásquez Rocca 
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la PUCV. Profesor de Antropología y de Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la UNAB. Profesor asociado al Grupo Theoria, Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. Miembro del Consejo Editorial Internacional de la Fundación Ética Mundial de México http://www.eticamundial.com.mx/- y Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo http://www.konvergencias.net/

BIBLIOGRAFÍA:
  • BAUMAN, Zygmunt, Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores, Paidos, Barcelona, 2007.
  • AUGÉ, Marc, (1993), Los no-lugares: espacios del anonimato, antropología sobre modernidad, Gedisa: Barcelona.(2001)
  • BAUMAN, Zygmunt, (2003), Comunidad, Siglo XXI: Argentina.
  • BAUMAN, Zygmunt, (2004), Ética postmoderna, Siglo XXI: Argentina.
  • BAUMAN, Zygmunt, (2005a), Legisladores e intérpretes. Sobre la modernidad, la postmodernidad y los intelectuales, Universidad Nacional de Quilmes: Argentina.
  • BAUMAN, Zygmunt, (2005b), Modernidad líquida, Fondo de Cultura Económica: Argentina.
  • BAUMAN, Zygmunt, (2005c), Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, Fondo de Cultura Económica: Argentina.
  • BAUMAN, Zygmunt, Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores, Paidos, Barcelona, 2007.
  • SLOTERDIJK, Peter, Temblores de aire, en las fuentes del terror, Ed. Pre-Textos, Valencia 2003
  • BAUMAN, Zygmunt, (2005d), Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias, Paidós: Buenos Aires.
  • SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005.
  • BECK, Ulrich, (1998), La sociedad del riesgo: hacia una nueva modernidad. Paidós: Barcelona.
  • KOKOREFF, Michel, (2006), “Francia: la política de la revuelta”. Revista de Cultura Ñ. N° 121, Argentina.

1 BAUMAN, Zygmunt, Modernidad líquida, Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF, 2003
2 Profesor emérito por la Universidad de Leeds, ciudad inglesa en la que vive desde hace más de treinta años, Zygmunt Bauman contempla su vida con más optimismo que nostalgia. Atrás quedó su Polonia natal, de donde huyó con su familia judía del terror nazi de 1939, rumbo a la Unión Soviética. Tras su paso por el ejército polaco en el frente ruso, regresó a Polonia y fue profesor en la Universidad de Varsovia durante años, pero una feroz campaña antisemita le hizo exiliarse de nuevo en 1968. La Universidad de Tel Aviv fue su destino, tampoco definitivo, porque también ha impartido clases en Estados Unidos y Canadá. Tres años más tarde se instaló en Gran Bretaña, donde sigue viviendo, rodeado de libros y recuerdos de una Europa que ya no existe y que sigue resultando, tras un siglo convulso, una “aventura inacabada”. De eso tratan sus últimos libros publicados en España.
3 BAUMAN, Zygmunt, Modernidad líquida, Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF, 2004
4 BAUMAN, Zygmunt, , Ética postmoderna, Siglo XXI, Argentina, 2004. p. 171.
BAUMAN, Zygmunt, Modernidad líquida, Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF, 2004
6 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Peter Sloterdijk; espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos", En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 - 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228 http://www.konvergencias.net/vasquezrocca155.pdf
SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
8 SLOTERDIJK, Peter, Esferas II, Editorial Siruela, Madrid, 2004
9 BAUMAN, Zygmunt, Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores, Paidos, Barcelona, 2007.
10 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Peter Sloterdijk: temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Universidad Complutense de Madrid, | ISSN 1578-6730, Nº. 17, 2008, pags. 159-170 http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2518577&orden=146944&info=link
11 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk; miembro de la Academia de las Artes de Berlín y de 'Das Philosophische Quartett'", en Escáner Cultural, Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 96, 2007, Santiago, http://revista.escaner.cl/node/273
12 SLOTERDIJK, Peter, Temblores de aire, en las fuentes del terror, Ed. Pre-Textos, Valencia 2003

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