Mostrando entradas con la etiqueta INCERTIDUMBRE. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta INCERTIDUMBRE. Mostrar todas las entradas

jueves, 19 de octubre de 2017

TEORÍA DEL CAOS SOCIAL


Por Andrés Simón Moreno Arreche (*)

¿Se puede teorizar el caos en las sociedades?
Comencemos por el principio: La idea fundamental de la Teoría del Caos Social es el estudio de los sistemas inestables, en los que dados determinados procesos naturales, pequeños cambios en las condiciones iniciales conducen a enormes discrepancias en los resultados. Este principio suele llamarse ‘efecto mariposa’ debido a que, en meteorología, la naturaleza no lineal de la atmósfera ha hecho posible que el aleteo de una mariposa en determinado lugar y momento, pueda ser la causa de un terrible huracán varios meses más tarde en la otra punta del globo. Un ejemplo más práctico sobre el ‘efecto mariposa’ consiste en soltar varias veces una pelota justo sobre la arista del tejado de una casa. Pequeñas desviaciones en la posición inicial pueden hacer que la pelota caiga por uno de los lados del tejado o por el otro, conduciendo a trayectorias de caída y posiciones de reposo final completamente diferentes. Así se puede evidenciar que los cambios minúsculos conducen a resultados totalmente divergentes.

En las relaciones sociales, los sistemas dinámicos a que hace referencia la Teoría del Caos, pueden estudiarse a partir de su “espacio de fases”, es decir, la representación coordenada de sus variables independientes. En estos sistemas caóticos, es fácil encontrar trayectorias de movimiento, que se definen como comportamientos sociales cualificables no periódicos, pero cuasi periódicos. En este esquema se suele hablar del concepto de Atractores Extraños que no son más que trayectorias en el espacio de fases hacia las que tienden todas las trayectorias normales. En el caso de un péndulo oscilante, el atractor sería el punto de equilibrio central. En el comportamiento social es el equilibrio de valores socialmente aceptados, desarrollados y practicados por el conglomerado social.
La ‘Teoría del Caos Social’ concibe un nuevo paradigma, tan amplio y tan importante como pudo ser en su época la unión entre sociología y psicología aunque, quizás por su inmadurez, aún no se tenga claro todo lo que puede dar de sí esta nueva forma de pensamiento social, que abarca campos de aplicación tan dispares como el comportamiento de las multitudes, los efectos de la comunicación propagandística, los referentes culturales o las nuevas políticas económicas emergentes.  Aunque la matemática caótica tiene resultados concretos porque los sistemas que se estudian están basados estrictamente con leyes deterministas aplicadas a sistemas dinámicos, la estadística inferencial de la ‘Teoría del Caos Social’ trabaja con modelos aleatorios para crear series caóticas predictivas,  que son útiles en el estudio de eventos presumiblemente caóticos en las Ciencias Sociales.
De acuerdo, pero…
Pero no todo está dicho y habría que indagar y hasta profundizar en muchas otras cuestiones relacionadas con el caos en las sociedades. Por ejemplo, ¿Cómo se produce? ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Es el caos social un ‘desorden’ o un orden no-conocido?

En las sociedades, el caos comienza como una ‘crisis de percepción’. Lo que parece no necesariamente es ‘lo-que-es’ y la percepción se convierte en la realidad para los perceptores. Esa situación, en la que tiene mucho que ver los ‘agentes’ ductores y manipuladores de la opinión pública, la llamamos ‘vórtice social’, que como los vórtices que se suceden en la naturaleza, es un sistema aparentemente desordenado pero que en conjunto representa un orden distinto, inesperado, fatal  para el statu-quo en muchas ocasiones. El vórtice social se presenta, bien de manera espontánea por acumulación social de pequeños cambios, bien de manera accidental o provocada por variables endógenas o exógenas. Esto es así porque la complejidad del mundo nos ha conducido a simplificar la realidad, a abstraer la naturaleza para hacerla cognoscible y, tristemente, a caer en la trampa de la dualidad. Bien y mal; objetivo y subjetivo; arriba y abajo; revolucionario o escuálido.  Pero la tendencia a ordenarlo todo choca con la misma realidad, irregular y discontinuo. Muchos científicos sociales ya han renunciado a la ilusión del orden para dedicarse al estudio del caos, que acepta al mundo tal y como es: una imprevisible totalidad. Si bien las leyes del caos ofrecen una explicación para la mayoría de los fenómenos naturales, desde el origen del Universo a la propagación de un incendio o a la evolución de una especie, también arrojan luces esclarecedoras sobre los fenómenos sociales aparentemente inexplicables. 

En el estudio del comportamiento humano y del consecuencial ‘orden social’, el problema parte del concepto clásico de ciencia social, que exige la capacidad para predecir de forma certera y precisa la evolución de las estructuras y hasta del comportamiento masivo en un conglomerado, desde las más elementales agrupaciones humanas como la familia y el dintorno social, hasta las más etéreas pero complejas organizaciones sociales como las vecinales, las municipales, el país y el Estado.
  • (*) Primera de tres partes
  • Comumicólogo.
  • Asesor de Identidad e Imagen Corporativas.
  • Profesor de  Mercadeo Electoral
  • Escritor


miércoles, 4 de octubre de 2017

COMPLEJIDAD CAOTICA

Periódico La Jornada
Versión impresa 04 de octubre de 2017

Incertidumbre caótica
Immanuel Wallerstein

¿Están confusos por lo que ocurre en el mundo? Yo también. Así está toda la gente. Esta es la continuada realidad subyacente a un sistema-mundo caótico.
Por caos queremos decir una situación donde hay constantes vaivenes extremos en las prioridades de todos los actores. Un día, desde el punto de vista de un cierto actor, las cosas parecen ir de un modo favorable para éste. El siguiente día la perspectiva se mira muy desfavorable.
Es más, parece no haber un modo de predecir qué posición van a asumir los actores al día siguiente. Nos sorprendemos en repetidas ocasiones cuando los actores se comportan de modos que pensamos imposible, o al menos improbable. Pero los actores simplemente tratan de maximizar sus ventajas cambiando su postura acerca de algún asunto importante y, por tanto, cambiando las alianzas con el fin de lograr esas ventajas.
El sistema-mundo no siempre ha estado en caos. ¡Muy por el contrario! El sistema-mundo moderno, como todo sistema, tiene sus reglas de operación. Estas reglas permiten tanto a los de fuera como a los participantes que evalúen la conducta factible de diferentes actores. Pensamos que esta adhesión a las reglas de conducta es la operación normal del sistema.

Es solamente cuando el sistema alcanza un punto en que no puede retornar a un equilibrio (en movimiento) que renueve sus operaciones normales, que entra en una crisis estructural. Un rasgo central de tal crisis estructural es una incertidumbre caótica.
A principios de septiembre de 2017 han ocurrido tres de tales vaivenes dramáticos en las prioridades y las alianzas. El que más atrajo la atención fue el anuncio hecho por el presidente Donald Trump de que alcanzó un acuerdo con los líderes demócratas en el Congreso –el senador Chuck Schumer y la representante Nancy Pelosi– para que promulguen una medida para: 1) enviar asistencia de emergencia para el desastre en Texas y los estados vecinos sin poner condiciones, combinado con: 2) elevar el techo de la deuda por tres meses.
Este acuerdo fue significativo por dos razones. Primero, Trump se había comprometido a nunca negociar con los demócratas. Peor, este arreglo supuestamente se concretó en términos que los demócratas habían fijado. Lo más importante, Trump hizo este arreglo sin informarle, hasta el último minuto, a la dirigencia republicana en el Congreso –el representante Paul Ryan y el senador Mitch McConnell– la cual entendiblemente se sintió opacada por esta jugada. Segundo, y lo que es peor, suspendió por seis meses la instrumentación del final del programa DACA que el presidente previo, Barack Obama, había proclamado. DACA fue diseñado por Barack Obama para permitir que los llamados dreamers permanecieran en Estados Unidos; Trump había prometido cancelar el programa el día uno en que asumió el cargo.
Está por verse qué tanto dura este acuerdo. Pero el mero anuncio ha alterado, y es probable que por largo tiempo, toda la confianza entre Trump y los republicanos en el Congreso. Ciertamente un vaivén extremo.
Menos sabida, pero muy importante, fue la proclamación, por parte del gobierno de Indonesia, de cambiar el nombre de las aguas justo al norte del país a Mar Natuna Norte. Este acto aparentemente inocuo puede entenderse en términos de la historia de los reclamos marítimos en las aguas de Asia oriental y sudoriental. China ha estado reclamando por algún tiempo la mayoría de estos mares, y construyendo bases en islas e inclusive en rocas localizadas en ellas.
Los reclamos de China son impugnados por Filipinas, Taiwán y Vietnam, y también por Estados Unidos. Hasta ahora, Indonesia ha intentado permanecer neutral en estas disputas y aun se ofreció como mediador. El acto de rebautizar las aguas al norte de Indonesia es, sin embargo, una proclamación de los derechos indonesios sobre aguas reclamadas por China. No es solamente una reivindicación contra China, sino también que Indonesia asume una postura ruda al argüir esta disputa en público. Puede presagiar el fin de la neutralidad para otras disputas en la región. China de inmediato expresó su malestar con el cambio de nombre. Indonesia no se retractará.

El tercer viraje en las alianzas es menos dramático porque fue ocurriendo por algún tiempo. No obstante, ahora asumió un giro dramático. Turquía parece haber renunciado a sus obligaciones como miembro de la OTAN al arreglar la compra de un sistema militar ruso tierra-aire, uno que no es interoperable con sus aliados de la OTAN.
Este acto es considerado un importante alejamiento de las prolongadas relaciones turcas con Europa occidental y Estados Unidos. Desde el punto de vista de Turquía, es simplemente una respuesta a los actos de hostilidad de miembros de la OTAN. No obstante tiene implicaciones no sólo para las alianzas geopolíticas, sino también para importantes arreglos económicos. Es un modo de relegar al pasado olvidable los agravios sufridos por Turquía con Rusia, Siria e Irán. Aquí también, hay que esperar a ver qué tanto podrá durar esto.

Los vaivenes extremos son el pan y la mantequilla de una crisis estructural. Esto significa que viviremos en incertidumbre caótica hasta que la crisis estructural se resuelva en favor de uno de los dos dientes de la bifurcación. Si nos concentramos en el supuesto significado de los vaivenes extremos y con frecuencia momentáneos, estaremos condenados a actuar de un modo irrelevante. Necesitamos concentrar nuestro análisis y nuestras acciones en lo que haga más probable que el lado progresista de la bifurcación pese más que el lado reaccionario en la resolución de la lucha a mediano plazo.

Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein.


martes, 10 de enero de 2017

LA MODERNIDAD LIQUIDA

Zygmunt Bauman; Modernidad Líquida y Fragilidad Humana

Dr. Adolfo Vásquez Rocca - PUCV - Universidad Andrés Bello
Resumen
La modernidad líquida –como categoría sociológica– es una figura del cambio y de la transitoriedad, de la desregulación y liberalización de los mercados. La metáfora de la liquidez –propuesta por Bauman– intenta también dar cuenta de la precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada, marcada por el carácter transitorio y volátil de sus relaciones.
El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, se reduce al vínculo sin rostro que ofrece la Web. Surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible, es la decadencia del Estado del bienestar.
La modernidad líquida es un tiempo sin certezas, donde los hombres que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres asumiendo los miedos y angustias existenciales que tal libertad comporta; la cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro.

Abstract
Liquid modernity –as sociological category is a figure of the change and the transitorily, of the deregulation and liberalization of the markets. The metaphor of the liquidity – propose by Bauman– it also tries to give account of the precarity of the human bonds in an individualistic and privatized society, marked by the transitory and volatile character of his relations. The love becomes floating, without responsibility towards the other, is reduced to the bond without face that offers the Web. Surfing in the waves of a liquid society always money changer – uncertain and more and more unforseeable, it is the decay of the State of the well-being. Liquid modernity is a time without certainties, where the men who fought during the Illustration to be able to obtain civil liberties and to undo of the tradition, are with the obligation of being free assuming the existenciales fears and anguishes that now such freedom tolerates; the labor culture of the flexibility ruins the future forecast.


Palabras clave
Modernidad, individualismo, sociedad, miedo, humano, ética, posmodernidad, globalización.

Keywords
Modernity, individualism, society, fear, human, ethics, posmodernity, globalization.
1.- Modernidad Líquida; Introducción
En Modernidad Líquida1 Zygmunt Bauman2 explora cuáles son los atributos de la sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y cuáles las características que han cambiado. El autor busca remarcar los trazos que eran levemente visibles en las etapas tempranas de la acumulación pero que se vuelven centrales en la fase tardía de la modernidad. Una de esas características es el individualismo que marca nuestras relaciones y las torna precarias, transitorias y volátiles. La modernidad líquida es una figura del cambio y de la transitoriedad: “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen. Como la desregulación, la flexibilización o la liberalización de los mercados”3.

Bauman no ofrece teorías o sistemas definitivos, se limita a describir nuestras contradicciones, las tensiones no sólo sociales sino también existenciales que se generan cuando los humanos nos relacionamos.
2.- De peligrosa extrañeza de los otros a la sociedad de la incertidumbre.
El otro” tipificado como extraño por desconocido es un portador innato de incertidumbre, de potencial peligro, siendo, tal vez, su mayor amenaza, el atentar contra la clasificación misma que sostiene el orden del espacio social en el que se inscribe mi mundo4.
Justamente, los extraños irritan, desagradan, desconciertan porque tienden con su sola presencia a ensombrecer y eclipsar la nitidez de las líneas fronterizas clasificatorias que ordenan el mundo en el que vivo, y de éste modo, cuestionar de manera radical la presunta comprensión recíproca que el “yo” tiene con el “otro”.
El extraño, como cuestionador implacable del orden al que ingresa desde tierras ignotas, ha sido a menudo tipificado con el estigma de ser portador de suciedad, puesto que la suciedad es el caos contaminante que el orden existente pretende expulsar, o bien, portador de ambivalencia, puesto que ésta los hace irregulares e impredecibles en sus reacciones. Es el caso de los marginados sociales que, como una categoría o tipificación de una clase de extraño contemporáneo, reciben sobre sí los rasgos sobresalientes de la ambivalencia y la suciedad: a ellos se les atribuye la falta de confiabilidad por lo errático de su rumbo, su laxa moralidad y promiscua sexualidad, su deshonestidad comercial, etc. “Dicho de otra manera, los marginados son el punto de reunión de riesgos y temores que acompañan el espacio cognitivo. Son el epítome del caos que el espacio social intenta empeñosamente (...) sustituir por el orden”5.
La modernidad líquida es un tiempo sin certezas. Sus sujetos, que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres. Hemos pasado a tener que diseñar nuestra vida como proyecto y performance. Mas allá de ello, del proyecto, todo sólo es un espejismo. La cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro, deshace el sentido de la carrera profesional y de la experiencia acumulada. Por su parte, la familia nuclear se ha transformado en una “relación pura” donde cada “socio” puede abandonar al otro a la primera dificultad. El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, siendo su mejor expresión el vínculo sin cara que ofrece la Web. Las Instituciones no son ya anclas de las existencias personales. En decadencia el Estado de bienestar y sin relatos colectivos que otorguen sentido a la historia y a las vidas individuales, surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible.
3.- Estados transitorios y volátiles de los vínculos humanos; desvinculación.
La incertidumbre en que vivimos se corresponde a transformaciones como el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo y la renuncia a la planificación de largo plazo: el olvido y el desarraigo afectivo se presentan como condición del éxito. Esta nueva (in)sensibilidad exige a los individuos flexibilidad, fragmentación y compartimentación de intereses y afectos, se debe estar siempre bien dispuesto a cambiar de tácticas, a abandonar compromisos y lealtades. Bauman se refiere al miedo a establecer relaciones duraderas y a la fragilidad de los lazos solidarios que parecen depender solamente de los beneficios que generan. Bauman se empeña en mostrar cómo la esfera comercial lo impregna todo, que las relaciones se miden en términos de costo y beneficio –de ”liquidez” en el estricto sentido financiero.
Bauman se vale de conceptos tan provocadores como el de “desechos humanos” para referirse a los desempleados (parados), que hoy son considerados “gente superflua, excluida, fuera de juego”. Hace medio siglo los desempleados formaban parte de una reserva del trabajo activo que aguardaba en la retaguardia del mundo laboral una oportunidad. Ahora, en cambio, “se habla de excedentes, lo que significa que la gente es superflua, innecesaria, porque cuantos menos trabajadores haya, mejor funciona la economía”. Para la economía sería mejor si los desempleados desaparecieran. Es el Estado del desperdicio, el pacto con el diablo: la decadencia física, la muerte es una certidumbre que azota. Es mejor desvincularse rápido, los sentimientos pueden crear dependencia. Hay que cultivar el arte de truncar las relaciones, de desconectarse, de anticipar la decrepitud, saber cancelar los contratos a tiempo.
4.- Decrepitud; estados transitorios y volátiles.
El amor, y también el cuerpo decaen. El cuerpo no es una entelequia metafísica de nietzscheanos y fenomenólogos. No es la carne de los penitentes ni el objeto de la hipocondría dietética. Es el jazz, el rock, el sudor de las masas. Contra las artes del cuerpo, los custodios de la vida sana hacen del objeto la prueba del delito. La “mercancía”, el objeto malo de Mélanie Klein aplicado a la economía política, es la extensión del cuerpo excesivo. Los placeres objetables se interpretan como muestra de primitivismo y vulgaridad masificada.
¿Quién soy? Esta pregunta sólo puede responderse hoy de un modo delirante, pero no por el extravío de la gente, sino por la divagación infantil de los grandes intelectuales. Para Bauman la identidad en esta sociedad de consumo se recicla. Es ondulante, espumosa, resbaladiza, acuosa, tanto como su monótona metáfora preferida: la liquidez. ¿No sería mejor hablar de una metáfora de lo gaseoso? Porque lo líquido puede ser más o menos denso, más o menos pesado, pero desde luego no es evanescente. Sería preferible pensar que somos más bien densos – como la imagen de la Espuma que propone Sloterdijk para cerrar su trilogía Esferas, allí con la implosión de las esferas– se intenta dar cuenta del carácter multifocal de la vida moderna, de los movimientos de expansión de los sujetos que se trasladan y aglomeran hasta formar espumas donde se establecen complejas y frágiles interrelaciones, carentes de centro y en constante movilidad expansiva o decreciente6.
La imagen de la espuma7 es funcional para describir el actual estado de cosas, marcado por el pluralismo de las invenciones del mundo, por la multiplicidad de micro-relatos que interactúan de modo agitado, así como para formular una interpretación antropológico-filosófica del individualismo moderno. Con ello Espumas responde a la pregunta de cuál es la naturaleza del vínculo que reúne a los individuos, formando lo que la tradición sociológica llama “sociedad”, el espacio interrelacional del mundo contemporáneo.
Nuestras comunidades son artificiales, líquidas, frágiles; tan pronto como desaparezca el entusiasmo de sus miembros por mantener la comunidad ésta desaparece con ellos. No es posible evitar los flujos, no se pueden cerrar las fronteras a los inmigrantes, al comercio, a la información, al capital. Hace un año miles de personas en Inglaterra se encontraron repentinamente desempleadas, ya que el servicio de información telefónico había sido trasladado a la India, en donde hablan inglés y cobran una quinta parte del salario.
Las sociedades posmodernas son frías y pragmáticas. Si bien hay expresiones ocasionales de solidaridad estas obedecen a lo que Richard Rorty llamó una “esperanza egoísta común”. Piensese, por ejemplo, en lo que ha sucedido en España después del terrible atentado en Madrid. La nación solidarizó con las víctimas. Fue una reacción mucho más “sensible” que la de los americanos después del 11-S. Ellos expresaron miedo y reaccionaron de manera individualizada, cada cual portaba la foto de su familiar o amigo fallecido. Aquí, en cambio, todos sintieron que una bomba contra cualquiera era una bomba contra ellos mismos, una bomba contra cualquiera de "nosotros". Ese "nosotros" ampliado que se transforma en una empatía egoísta es la base de la "esperanza egoísta común", una peculiar clase de ética de mínimos.
En cambio, cuando el otro es un "radical otro", es decir, no es uno como nosotros, o, si se quiere, no es uno de nosotros, entonces no surge la identificación con la cual se gesta un lazo espontáneamente simpatético, más bien se trata de alguien con quien no nos identificamos proyectivamente. Tal es el caso -por ejemplo- de las reacciones en Europa Occidental frente a la llegada de un importante contingente de personas procedentes de África; esta migración provocó reacciones de miedo, brotes de xenofobia, pero no parece haber generado cuestionamientos serios sobre el hecho -incontrovertible- de que el continente africano ha quedado marginado de la globalización, y de que su población llega al Norte [a Europa] buscando aquello de lo que el Norte ya goza, como derechos adquiridos, prerrogativas sobre las cuales ya ni siquiera se repara.
5.- Desterritorialización; adicción a la seguridad y miedo al miedo.
Lo “líquido” de la modernidad – volviendo a la concepción de Baumam - se refiere a la conclusión de una etapa de “incrustación” de los individuos en estructuras “sólidas”, como el régimen de producción industrial o las instituciones democráticas, que tenían una fuerte raigambre territorial. Ahora, “el secreto del éxito reside (…) en evitar convertir en habitual todo asiento particular”. La apropiación del territorio ha pasado de ser un recurso a ser un lastre, debido a sus efectos adversos sobre los dominadores: su inmovilización, al ligarlos a las inacabables y engorrosas responsabilidades que inevitablemente entraña la administración de un territorio.
Nuestras ciudades, afirma Bauman, son metrópolis del miedo, lo cual no deja de ser una paradoja, dado que los núcleos urbanos se construyeron rodeados de murallas y fosos para protegerse de los peligros que venían del exterior. Lo que Sloterdijk llamó “la ciudad amurallada”8 hoy ya no es un refugio, sino la fuente esencial de los peligros.
Nos hemos convertidos en ciudadanos “adictos a la seguridad pero siempre inseguros de ella”8, lo aceptamos como si fuera lógico, o al menos inevitable, hasta tal punto que, en opinión de Zygmunt Bauman, contribuimos a “normalizar el estado de emergencia”.
El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible situarla en un lugar concreto. "Miedo" es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que no se puede hacer para detenerla o para combatirla9.
Los temores son muchos y variados, reales e imaginarios… un ataque terrorista, las plagas, la violencia, el desempleo, terremotos, el hambre, enfermedades, accidentes, el otro… Gentes de muy diferentes clases sociales, sexo y edades, se sienten atrapados por sus miedos, personales, individuales e intransferibles, pero también existen otros globales que nos afectan a todos, como el miedo al miedo…
Los miedos nos golpean uno a uno en una sucesión constante aunque azarosa, ellos desafían nuestros esfuerzos (si es que en realidad hacemos esos esfuerzos) de engarzarlos y seguirles la pista hasta encontrar sus raíces comunes, que es en realidad la única manera de combatirlos cuando se vuelven irracionales. El miedo ha hecho que el humor del planeta haya cambiado de manera casi subterránea.
6.- Mundo globalizado y policéntrico.
El dominio económico y militar europeo no tuvo rival los cinco últimos siglos, de manera que Europa actuaba como punto de referencia y se permitía premiar o condenar las demás formas de vida humana pasadas y presentes, como una suerte de corte suprema. Bastaba con ser europeo para sentirse dueño del mundo, pero eso ya no ocurrirá más: pueblos que hace sólo medio siglo se postraban ante Europa muestran una nueva sensación de seguridad y autoestima, así como un crecimiento vertiginoso de la conciencia de su propio valor y una creciente ambición para obtener y conservar un puesto destacado en este nuevo mundo multicultural, globalizado y policéntrico.
Sociólogos especializados en movimientos migratorios y demógrafos prevén que el número de musulmanes que vive en Europa puede duplicarse nuevamente para el año 2015. La Oficina de Análisis Europeos del Departamento de Estado de Estados Unidos calcula que el 20% de Europa será musulmana en el año 2050 10, mientras otros predicen que un cuarto de la población de Francia podría ser musulmana en el año 2025 y que si la tendencia continúa, los musulmanes superarán en número a los no musulmanes en toda Europa occidental a mediados de este siglo, puestas así las cosas, Europa será islámica a finales de este siglo.
A este respecto y volviendo sobre los miedos globales, pensemos en la inestabilidad generada por los atentados de Nueva York, allí sin duda tuvo lugar una mutación del terrorismo, el 11 de septiembre de 2001 marca un cambio de época en la historia del miedo; así el régimen del sabotaje y la lógica del pánico vino a ser el argumento central de la política y la base de justificación de una política exterior norteamericana que sembraría otros miedos que nos marcarían a fuego, como los atentados de Atocha -–el 11-M.
7.- El régimen del sabotaje y la lógica del pánico como argumento central de la política en Sloterdijk10.
Como crónica de las relaciones entre teoría y política de Estado, cabe apuntar que cuando Sloterdijk fue convocado por el canciller Schröder para debatir sobre las consecuencias del nuevo escenario mundial en la era del atmo-terrorismo y las guerras de rehenes11 –Sloterdijk se refirió al binomio miedo y seguridad, en relación con la política exterior estadounidense, que suele presentar Washington bajo la rúbrica “intereses de seguridad”. Destacó el filósofo cómo “vivimos en una sociedad obsesionada por la seguridad”, por las pólizas de seguros y las políticas de climatización corriendo el riesgo de perder nuestra libertad. Se refirió también al miedo como un elemento clave para el desarrollo del intelecto. “El miedo -señalo Sloterdijk12– está al comienzo del intelecto, el miedo de alguna manera hizo al hombre”.
La amenaza fundamentalista, que parecía una amenaza periférica, se ha desplazado hacia el centro, rumbo a una hegemonía que a los ojos de muchos resulta pavorosa. Hoy un grupo, monitoreando artefactos desde las montañas más remotas y más miserables del mundo, es capaz de hacer estallar el icono más importante del poderío económico global, como son las Torres Gemelas.
Frente a esto las reacciones neoliberales contra el terror son siempre inadecuadas, puesto que magnifican el fantasma insustancial de Al Qaeda, ese conglomerado de odio, desempleo y citas del Corán, hasta convertirlo en un totalitarismo con rasgos propios, y algunos, incluso, creen ver en él un “fascismo islámico” que, no se sabe con qué medios imaginarios, amenaza a la totalidad del mundo libre. Dejaremos abierta la pregunta por los motivos que han conducido a aquella infravaloración y a esta magnificación. Sólo esto es seguro: los realistas se hallan de nuevo en su elemento; por fin pueden ponerse, una vez más, al frente de los irresolutos, con los ojos clavados en el fantasma del enemigo fuerte, medida antigua y nueva de lo real. Con el pretexto de la seguridad, los voceros de la nueva militancia dan rienda suelta a tendencias autoritarias cuyo origen hay que buscar en otro sitio; la angustia colectiva, cuidadosamente mantenida, hace que la gran mayoría de los mimados consumidores de seguridad de Occidente se sume a la comedia de lo inevitable.



Dr. Adolfo Vásquez Rocca 
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la PUCV. Profesor de Antropología y de Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la UNAB. Profesor asociado al Grupo Theoria, Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. Miembro del Consejo Editorial Internacional de la Fundación Ética Mundial de México http://www.eticamundial.com.mx/- y Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo http://www.konvergencias.net/

BIBLIOGRAFÍA:
  • BAUMAN, Zygmunt, Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores, Paidos, Barcelona, 2007.
  • AUGÉ, Marc, (1993), Los no-lugares: espacios del anonimato, antropología sobre modernidad, Gedisa: Barcelona.(2001)
  • BAUMAN, Zygmunt, (2003), Comunidad, Siglo XXI: Argentina.
  • BAUMAN, Zygmunt, (2004), Ética postmoderna, Siglo XXI: Argentina.
  • BAUMAN, Zygmunt, (2005a), Legisladores e intérpretes. Sobre la modernidad, la postmodernidad y los intelectuales, Universidad Nacional de Quilmes: Argentina.
  • BAUMAN, Zygmunt, (2005b), Modernidad líquida, Fondo de Cultura Económica: Argentina.
  • BAUMAN, Zygmunt, (2005c), Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, Fondo de Cultura Económica: Argentina.
  • BAUMAN, Zygmunt, Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores, Paidos, Barcelona, 2007.
  • SLOTERDIJK, Peter, Temblores de aire, en las fuentes del terror, Ed. Pre-Textos, Valencia 2003
  • BAUMAN, Zygmunt, (2005d), Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias, Paidós: Buenos Aires.
  • SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005.
  • BECK, Ulrich, (1998), La sociedad del riesgo: hacia una nueva modernidad. Paidós: Barcelona.
  • KOKOREFF, Michel, (2006), “Francia: la política de la revuelta”. Revista de Cultura Ñ. N° 121, Argentina.

1 BAUMAN, Zygmunt, Modernidad líquida, Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF, 2003
2 Profesor emérito por la Universidad de Leeds, ciudad inglesa en la que vive desde hace más de treinta años, Zygmunt Bauman contempla su vida con más optimismo que nostalgia. Atrás quedó su Polonia natal, de donde huyó con su familia judía del terror nazi de 1939, rumbo a la Unión Soviética. Tras su paso por el ejército polaco en el frente ruso, regresó a Polonia y fue profesor en la Universidad de Varsovia durante años, pero una feroz campaña antisemita le hizo exiliarse de nuevo en 1968. La Universidad de Tel Aviv fue su destino, tampoco definitivo, porque también ha impartido clases en Estados Unidos y Canadá. Tres años más tarde se instaló en Gran Bretaña, donde sigue viviendo, rodeado de libros y recuerdos de una Europa que ya no existe y que sigue resultando, tras un siglo convulso, una “aventura inacabada”. De eso tratan sus últimos libros publicados en España.
3 BAUMAN, Zygmunt, Modernidad líquida, Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF, 2004
4 BAUMAN, Zygmunt, , Ética postmoderna, Siglo XXI, Argentina, 2004. p. 171.
BAUMAN, Zygmunt, Modernidad líquida, Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF, 2004
6 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Peter Sloterdijk; espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos", En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 - 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228 http://www.konvergencias.net/vasquezrocca155.pdf
SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
8 SLOTERDIJK, Peter, Esferas II, Editorial Siruela, Madrid, 2004
9 BAUMAN, Zygmunt, Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores, Paidos, Barcelona, 2007.
10 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Peter Sloterdijk: temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Universidad Complutense de Madrid, | ISSN 1578-6730, Nº. 17, 2008, pags. 159-170 http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2518577&orden=146944&info=link
11 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk; miembro de la Academia de las Artes de Berlín y de 'Das Philosophische Quartett'", en Escáner Cultural, Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 96, 2007, Santiago, http://revista.escaner.cl/node/273
12 SLOTERDIJK, Peter, Temblores de aire, en las fuentes del terror, Ed. Pre-Textos, Valencia 2003

LA FAMOSA CARTA DEL MAYO ZAMBADA

  MACROSCOPIO   Edgard González Suárez 24 de febrero de 2025   LA FAMOSA CARTA DEL “MAYO” ZAMBADA EL pasado 21 de febrero, suscr...