CICADES es el Centro de Información y Capacitación para el Desarrollo Social, un agrupamiento de pensadores libres y ciudadanos interesados en el análisis, la Opinión Pública y la Educación en México y Veracruz.
jueves, 1 de diciembre de 2016
LA DEFENSA DE LOS TUXTLAS
martes, 15 de noviembre de 2016
Conflicto y Convivencia Escolar
CONFLICTO Y CONVIVENCIA EN LOS CENTROS ESCOLARES
Mtro. Edgard González Suárez (*)
2a Parte
Hace ya más de 30 años que empezaron a incorporarse a la educación latinoamericana
teorías pedagógicas que centraban su atención en las necesidades del niño, del
aprendizaje y de los derechos de los niños y niñas. Las pedagogías
tradicionales quedaron descreditadas, tanto por su centrado interés en la
disciplina, en el orden, y en la memorización, como por la preponderancia de la
figura del maestro dentro y fuera del aula. Las teorías cognitivo-piagetianas y
constructivistas, así como…
“los principios enunciados y proclamados por la Declaración de los
Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas
(1959) y posteriormente la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño
( 1989), en el que el niño ( y adolescente) dejaron de ser considerados como un
“objetos de cuidado y protección” para “ser sujetos de derecho y
responsabilidad”. (Ianni, Norberto Daniel: 2003).
Los nuevos modelos
educativos dan cuenta de la transformación conceptual y vivencial que se
enfrenta hoy en todos los centros escolares del país. Sin embargo, ha sido en la última década donde
la escuela presenta síntomas de desgaste en la convivencia de sus principales
actores dentro de la escuela, ahí concurren y se confrontan los derechos
ciudadanos de los padres de familia, los derechos globales (humanos) de todos
los concurrentes al centro escolar, los derechos de los niños y niñas –menores
infantes- y toda clase de determinantes sociales, culturales y económicos que
participan en mayor o menor medida en los niveles de conflictividad y violencia
dentro de las escuelas en nuestro país.
Por otro lado, los
niveles de conflictividad y de violencia han variado, el día de hoy, los tipos
de violencia se hacen presente con mayor crudeza e hipersensibilidad. En el
Marco de Referencia sobre la Gestión de la Convivencia Escolar desde la Escuela
Pública, SEP, 2015, se sostiene que podemos diferenciar tres tipos de
violencias y que además éstas repercuten directamente en la convivencia interna
y el funcionamiento del centro escolar.
Pero para otros
autores como Cecilia Fierro, la noción de convivencia es una categoría
emergente, que requiere de mucho trabajo y precisión conceptual. Hasta ahora,
este campo en construcción…
“permite reconocer dos enfoques generales empleados en el estudio de la
convivencia. Al primero lo denominamos NORMATIVO-prescriptivo, ya que aborda la
convivencia en función de un conjunto de premisas referidas a la prevención de
la violencia o a la calidad de la educación y se deducen consecuencias
prácticas para intervenir la convivencia escolar…el segundo es un enfoque
identificado como ANALÍTICO, pues se interesa por desentrañar y comprender la
convivencia como fenómeno relacional y como experiencia subjetiva de los
participantes” (Fierro et al, 2013).
Esto nos permite
reconocer dos dimensiones para abordar la noción de convivencia:
a) la
interacción de los sujetos y la modelación de las pautas socio-culturales que
promueven las políticas institucionales –la gestión escolar- , y
b) la experiencia y reflexión de los sujetos sobre su vivencia “construida” y
“reconstruida” de manera cotidiana dentro de los centros escolares.
Aunque para
el Sistema Educativo Nacional, la convivencia y la no violencia dentro de las
escuelas ha sido objeto de innumerables documentos, lineamientos, guías,
talleres, cursos, conferencias. El reto es abordar el diseño de un sistema de
convivencia positivo, proactivo, que tenga y mantenga efectos permanentes sobre
el centro escolar y sus principales protagonistas, de tal manera que como sujetos
de la convivencia interiorice los neo valores adoptados internacionalmente y
expresados en nuestros documentos institucionales.
“…la convivencia es una meta educativa que debe formar parte de la
cultura escolar, que prepara al alumnado para su vida como ciudadano activo y
democrático…al favorecer relaciones
interpersonales respetuosas, afectivas y solidarias, así como la eliminación
del acoso escolar. En este sentido, la convivencia escolar se aborda desde
distintas perspectivas y disciplinas: educación cívica y ética; educación
ciudadana; educación inclusiva y democrática; resolución pacífica de
conflictos; perspectiva de género; promoción y respeto de los Derechos Humanos.
Es importante destacar que en nuestras escuelas se sientan las bases para la
participación, el respeto, el sentido justicia y la legalidad, en otras
palabras, para la construcción de la ciudadanía” (Fierro, et al, 2010.21)
No obstante los
esfuerzos institucionales por abordar este diseño, lo que este trabajo
intentará visualizar y destacar es el conjunto de articulaciones
contradictorias que dificultan, desvirtúan o impiden la concreción de una
convivencia democrática, pacifica e inclusiva dentro de las escuelas de
educación básica en Veracruz.
La escuela
contemporánea, la escuela del Siglo XXI, debe responder, no solo al desarrollo
de competencias funcionales del sistema económico, tecnológico y comercial,
sino que además debe ser una institución formadora de ciudadanos, comprometidos
con su entorno y que sean capaces de desarrollar y practicar los valores
democráticos: solidaridad, responsabilidad individual y social, respeto a la
diversidad pluricultural, debate de ideas, resolución de conflictos por la vía
pacífica. Valores que se deben promover como “objetos de aprendizaje”, pero
también como procesos de vida y convivencia dentro y fuera de las
escuelas. La convivencia dentro de las
escuelas es y será siempre el resultado de los estilos de gestión y
administración escolar. En este sentido, directivos y maestros son los principales
responsables de una sana convivencia escolar. La gestión escolar es el
trasfondo donde transcurre la vida diaria dentro de las escuelas, de hecho son
los estilos y tipos de gestión escolar donde se construyen distintos tipos de
convivencia.
(*) Profesor de Tiempo Completo de la Universidad Veracruzana,
Facultad de Pedagogía-Campus Mocambo, Boca del Río, Veracruz.
Línea de Investigación: "Procesos Aúlicos y Sistemas de Convivencia Escolar"
lunes, 31 de octubre de 2016
APRENDER A CONVIVIR EN LOS ESPACIOS ESCOLARES
APRENDER A CONVIVIR EN LOS
CENTROS ESCOLARES
Mtro.
Edgard González Suárez(1)
Dentro
de las escuelas se observan actitudes, formas culturales, expresiones y métodos
que distan mucho de favorecer una sana y armoniosa convivencia escolar. Los
maestros diferencian a niños y niñas, promueven comportamientos típicos y
refuerzan el poder de los varones sobre las mujeres, se cree que las niñas son
buenas en las manualidades, en el baile, en la decoración y el orden y
organización, mientras fomentan que los niños son más fuertes, más audaces, más
bruscos y proclives a la resolución de los conflictos a través de la violencia.
La escuela como institución presiona a ambos sexos por su aspecto personal,
faldas, blusas, calcetas y corpiños en
las niñas, y zapatos, corte de pelo y cinturón en los varones. A los niños se
les suele reprender por llevar aretes, “piercing” o tatuajes, y a las niñas
maquillaje, pelo pintado o faldas muy cortas.
“Muchas
veces no se identifican los tipos de violencia que ocurren en la escuela, ni se
considera que puede haber violencia sexual y psicológica y acciones a través
del lenguaje capaces de violentar a los niños, como pueden ser las bromas de
tipo sexista. 50.2% de los profesores consideran que no hay problemas
relacionados con el género; 19.2% de los maestros señalaron que existen grupos
que intimidan al interior de su salón mediante amenazas de golpes, agresiones
verbales y hostigamientos; 11.7% reconocieron agresiones verbales y actitudes
de discriminación; y 10.7% detectaron insultos leves por juegos o competencias.
El gran porcentaje de docentes que no reconoce ningún problema puede estar
indicando invisibilización y normalización de la violencia”. (SEP, Diagnóstico:
2015)
Para
hacer frente a este tipo de violencia latente dentro de las escuelas el
Gobierno Federal a través de la SEP buscan promover acciones que favorezcan una
convivencia escolar sana y pacífica en un marco de respeto y valoración de la
pluralidad. Con el Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE), se pretende
“favorecer el establecimiento de ambientes de convivencia escolar sana y
pacífica que coadyuven a prevenir situaciones de acoso escolar en escuelas de
educación básica, a través del establecimiento de relaciones interpersonales
respetuosas y de colaboración, como respuesta a la necesidad de que existan
ambientes escolares de sana convivencia en los planteles escolares, así como
para la mejora de la calidad educativa”. (SEP, Diagnóstico: 2015)
Este comentario intenta visualizar y exponer a la luz de los observadores las articulaciones discursivas contradictorias
generadas por docentes y padres de familia que enturbian y en ocasiones
postergan la posibilidad de construir un marco de convivencia armónica dentro
de las escuelas.
Estas articulaciones discursivas
contradictorias generan procesos complejos que impiden el adecuado
funcionamiento del sistema escolar. Lo que impide la realización efectiva de un
marco de convivencia sana y solidaria en el que se desarrollen niños, jóvenes y adultos dentro de los
centros escolares y su comunidad.
La sensación
inmediata a simple luz, pareciera que el “discurso de la convivencia” es ajeno
a toda la comunidad, es un discurso vacío, lleno de buenas intenciones pero sin
capacidad para ser concretado, sin actividades concretas, que permitan hacer
cambios significativos en la conciencia de quienes conviven día a día dentro de
las escuelas.
En
México podemos observar los reportes de violencia dentro de las escuelas va
escalando
cada día, algunos investigadores, especialistas, congresistas, líderes
de opinión, han avanzado la idea de la conformación de un observatorio ciudadano
nacional sobre la violencia escolar, llegando incluso a proponer la instalación
de videocámaras, reglamentos más severos, talleres de autoestima, etc. Entre la
estridencia y la realidad, los datos son significativos.
“Para una idea general del
panorama de los hechos de la violencia escolar, observemos las siguientes
cifras. En México, 2 de cada 10 estudiantes han participado en peleas con
golpes, 1 de cada 10 ha robado o amenazado a otro estudiante; sólo en la ciudad
de México, 7 de cada 10 estudiantes dicen haber sido víctimas durante el receso
y en el salón de clases. De acuerdo con los informes del Instituto Nacional de
Evaluación Educativa, las mujeres se involucran menos; en el caso de los
golpes, sólo 6.6% ha golpeado y 23.0% ha sido golpeada, mientras que sólo 26.2%
ha insultado a alguna de sus compañeras (INEE, 2007).
Los
tipos de violencia tienden a diversificarse y a acrecentarse dentro de los
centros escolares. Directores y profesores se quejan de que el acoso escolar,
el maltrato físico y el acoso sexual,
están directamente relacionadas con el abandono de la familia, la
soledad con que niños y jóvenes transitan por los centros escolares y la falta
de atención y comunicación con sus demandas y necesidades.
“Las agresiones
físicas y verbales; los robos en las escuelas durante vacaciones; las riñas
entre pandillas; la venta de protección en las escuelas; el acoso y el
hostigamiento; los abusos deshonestos; las violaciones; el exhibicionismo
genital; el consumo de drogas; los maestros golpeadores; la violencia contra
profesores, han sido tema de discusión en la red de Internet, en propuestas de
campañas electorales o debates legislativos, tales como iniciativas legales
elevadas por algunos candidatos panistas en estados del norte del país, los
cuales han propuesto la militarización de las escuelas a base de internados o la
penalización del uso del teléfono celular en los planteles escolares”. (La
violencia en las escuelas: 2009)
Según la Secretaría de Educación de
Guanajuato, solo en los dos años que van de 2013 a 2015, se registraron 154 casos de violencia
escolar en la educación básica y media superior. Los tres municipios que
registran más casos de violencia son: León, Celaya y Guanajuato.
“De este número de casos de violencia 90 corresponden al ciclo escolar
2013-2014 con un total de 90 hechos, mientras que en el 2014-2015 son la fecha
64…Son las primarias del estado las que registraron el mayor
número de casos de violencia con 68 eventos, seguido de las secundarias con
66. La violencia escolar se puede entender como los hechos de agresiones
entre alumnos o de alumnos a maestros”. (Unión: 2015).
En el Distrito Federal, las
Secretarias del Gobierno del DF y la SEP, fueron interpeladas por los diputados
de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, quienes aseguraron que hay más
de un millón 800 mil alumnos potencialmente victimas del abuso y la violencia
escolar…”de los cuales
938 asisten a tres mil 363 escuelas primarias; 471 estudiantes que cursan el
nivel de secundaria en mil 378 planteles, así como los 328 mil menores que
acuden a más de tres mil 900 jardines de niños”.
“Manifestaron que de acuerdo al informe
Nacional sobren Violencia de Género en la Educación Básica en México, publicado
por la SEP y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) el 43
por ciento del personal docente detectó casos de acoso escolar en las aulas.
Destacaron que el
informe describe que tres de cada 10 niños de primaria han recibido agresiones
físicas de un compañero y alertaron que la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos (OCDE), afirma que México ocupa el primer lugar a
nivel internacional de mayores casos de acoso escolar a nivel secundaria.
Subrayaron que la nueva
Ley (para la Promoción de la Convivencia Libre de Violencia en el Entorno
Escolar del Distrito Federal), contempla que los estudiantes de niveles de
primaria y secundaria deben coexistir en un ambiente libre de violencia bajo la
vigilancia de un Observatorio sobre Convivencia en el Entorno Escolar del
Distrito Federal con la supervisión de un Enlace Escolar acreditado por la
SEDU-DF que procedan como un vínculo auxiliar entre la institución, la
comunidad escolar y las autoridades en la materia”. (Educación, Cultura y Paz:
2015).
El caso de Veracruz también es preocupante, los
datos nacionales del INEGI ubica al Estado de Veracruz.
“En Veracruz, particularmente,
la violencia en las escuelas secundarias se ha incrementado, según los medios y
las conversaciones exploratorias con directores y participantes del curso de
mediación de conflictos implantado por la Secretaría de Educación de Veracruz.
Las ciudades en las cuales hay un alto índice de violencia son Veracruz,
Xalapa, Tuxpan, Papantla, Poza Rica, Coatzacoalcos y Orizaba.
“En general, la respuesta
institucional a los casos de violencia en las escuelas de educación básica ha
estado sujeta a los gobiernos divididos porque cada gobierno estatal o
municipal, según el partido gobernante, tiene diferente voluntad política para
la implantación de los programas de gestión de este problema. Por ejemplo, en
Veracruz, el aprendizaje administrativo de los operadores de los programas como
Escuela Segura, aún no culmina un ciclo de aprendizaje inicial y está lejos de
tener un banco sistemático y confiable de datos para el seguimiento de los
acosos, hostigamientos y violaciones de menores”. (La Palabra y el Hombre: No.
16)
La
escuela se representa a sí misma como un micro-sistema que contiene dentro de sí
todas las contradicciones, necesidades e insuficiencias de la vida social, es
un espejo contradictorio de las dolencias y necesidades sociales. En este
sentido, la escuela y específicamente la escuela pública, no es ajena a las
turbulencias, luchas, expresiones y crisis del orden social.
“Por ser una institución pública, está
sometida y padece los efectos producidos por la crisis social que la atraviesa,
e incide tanto en la singularidad de cada uno de los actores como también en el
colectivo institucional que conforman, y se pone de manifiesto en problemáticas
concretas y observables: el miedo a un futuro incierto, el temor a estar cada
vez peor, la vivencia de desolación, el debilitamiento de vínculos de
solidaridad y amistad, la pérdida de relaciones institucionales, de grupos
sociales de pertenencia y referencia; en realidad se trata de una progresiva
pérdida del sentido de la vida. Estas pérdidas son carencias que afectan,
limitan y someten a los niños, adolescentes y jóvenes, como sujetos de derecho
en su condición y dignidad humana”. (Ianni, Norberto Daniel: 2003).
México pasa por una
crisis, por una transición nebulosa, cercado por fuerzas y organizaciones semi-autónomas
–poderes facticos, que les dicen- que ganan día a día espacios de actuación en
la economía, en la política, en la cultura, etc. Creando un entorno
desequilibrado y en constante riesgo. El centro escolar, debe ser parte de la
solución y no del problema, la escuela debe ser factor para formar ciudadanos,
promover valores virtuosos para la convivencia, y profesionales capacitados
para contribuir al desarrollo de la nación. La función social de la escuela viene siendo cuestionada y criticada, a
veces no sin razón, por no aportar y responder a las exigencias sociales de
nuestro país. Sus generaciones no solo no tienen los conocimientos y
competencias necesarios para enfrentar el mundo laboral; sino que tampoco dotan
de valores cívicos, y ciudadanos a los egresados de sus planteles para
enfrentar los nuevos desafíos de la convivencia social nacional e
internacional. Frente a esta crítica demoledora la educación pública de
nuestro país debe avocarse a reformular sus proyectos de convivencia y formar profundamente a nuestros niños y adolescentes, para dotarlos de las
herramientas axiológicas que les permitan con imaginación, creatividad y
sustento teórico construir una identidad que facilite y contribuya a un orden
institucional más sólido y permanente.
Esta intensión no
solo es un proyecto, es también una práctica cotidiana, la convivencia social,
inclusiva, democrática y pacífica, se aprende, pero también se ensaya, se
practica, se va dejando constancia en las nuevas actitudes de los estudiantes para
expresar libremente sus ideas, sus opiniones, sus preferencias religiosas,
ideológicas o políticas, para organizarse, para poner en movimiento proyectos
colectivos y cooperativos, para optar por la resolución pacífica y negociada de
los conflictos.
Nuestra postura es que el centro del problema se encuentra en las
variadas y contradictorias Representaciones Sociales y sus respectivos
“discursos” que tanto docentes como padres de familia tienen del Proyecto de Convivencia Escolar que cada
centro debe desarrollar y que no se establece toda vez que los actores del
proceso educativo, tienen diferentes nociones, y representaciones de la
convivencia saludable dentro de la escuela. Lo cual implica un déficit cultural -en todas las escuelas- respecto de como tratar los asuntos de la Convivencia Escolar.
_____________________________________________________
(1) Profesor de Tiempo Completo de la Universidad Veracruzana,
Facultad de Pedagogía-Campus Mocambo, Boca del Río, Veracruz.
Línea de Investigación: "Procesos Aúlicos y Sistemas de Convivencia Escolar"
lunes, 24 de octubre de 2016
DOCENTES EVALUADOS Y CAPACITADOS
México requiere profesionalizar
la labor docente
Mtro. Edgard González Suárez (1)
No es la
única, pero una de las dimensiones más observadas en el nuevo Modelo Educativo,
es la evaluación docente. Esta entre otras, es la dimensión que más nos
acercará a los niveles de calidad exigidos por la comunidad internacional. Un
profesional de la docencia competente, capacitado y evaluado es lo exige el
Sistema Educativo Nacional (SEN), sobre todo en sus niveles básicos, aunque no
está de más, exigirlo en todos los niveles educativos.
Sin
embargo, detrás de la evaluación docente y sus buenas intenciones pre-existe
una cultura magisterial con inercias, atrofias y características políticas
propias de nuestro sistema político. Este sistema se construyó precisamente
bajo un modelo contrario a la profesionalización docente, a la capacitación y
la evaluación.
La
historia de la educación en diversos países industrializados muestra que para
garantizar una adecuada preparación de los maestros es indispensable evaluar
sus competencias disciplinarias y didácticas en tres momentos de su carrera
profesional: al ingresar a la carrera se les evalúa para
seleccionar a los aspirantes que posean el perfil deseable; al egresar,
antes de ejercer la docencia, la evaluación busca certificar que cuenten con
las competencias mínimas requeridas para el ejercicio de su profesión; y, durante el ejercicio profesional se les evalúa
para asegurar que hayan cumplido bien con su tarea pedagógica y se mantengan
actualizados. En este tercer momento también se evalúa a los docentes para
considerarlos en los programas de promoción y reconocimiento.
Es claro
que la evaluación docente por sí misma no puede garantizar que un país cuente
con profesores bien preparados, si antes no han existido procesos robustos de
formación inicial y de formación continua. Cuando la evaluación es pertinente,
justa y válida, puede funcionar como un mecanismo de control
de calidad que indique, tanto al sistema educativo
como al docente, cuáles son las áreas de mejora. No obstante, en México no se
han tenido buenos procesos de formación de profesores ni se ha contado con
sistemas de evaluación con las características mencionadas.
Lo
cierto es que el país no cuenta con un número suficiente de maestros capaces de
operar eficazmente el Sistema Educativo Nacional (SEN), caracterizado por su
gran tamaño, diversidad, complejidad e inequidad. La información disponible da
cuenta de la pobreza del SEN, y para muestra los siguientes tres datos: 1) solo
poco más de la mitad de los jóvenes de entre 15 y 17 años cursa la educación
media superior; 2) según la prueba PISA, cerca del 40% de los estudiantes de 15
años es incapaz de utilizar la lectura como herramienta para impulsar y ampliar
sus conocimientos en otras áreas; y 3) 60% de los normalistas que se
presentaron al Concurso de Ingreso el año pasado, carece del perfil necesario
para ejercer la docencia.
La
Reforma Educativa y sus primeros avances (2).
Para
atender la necesidad que tiene México de mejorar la calidad de su educación, el
gobierno del Presidente Peña Nieto lanzó en diciembre de 2012 la iniciativa de
diseñar e implementar una Reforma Educativa (RE) de gran calado. Esta reforma
colocó en el centro de su acción al mérito académico y la profesionalización de
la actividad docente como mecanismos para el ingreso, la promoción, el
reconocimiento y la permanencia en el servicio público de la educación
obligatoria. Con la RE se pretende ordenar el SEN eliminando (o disminuyendo al
menos) algunas de las malas prácticas que han perjudicado a la educación del
país, tales como el pase automático, la venta o herencia de plazas y el
clientelismo corporativo.
Sin
embargo, para mejorar el ejercicio docente y privilegiar el mérito es
indispensable evaluar a los maestros y, con ello, contar con información válida
y pertinente que permita tomar decisiones basadas en evidencias. Desde esta
óptica, la evaluación juega un papel fundamental para garantizar que solo los
aspirantes normalistas, o profesionales de la educación formados en otras
instituciones, que posean un perfil adecuado —idóneo, según los términos de la ley— sean quienes ingresen
al sistema educativo público; que los mejores docentes sean reconocidos en su
propia función; que sean promovidos a cargos directivos, de supervisión y de
asesoría técnica pedagógica; y, que los docentes que cumplan cabalmente con su
función sean quienes permanezcan en el servicio educativo. De manera
complementaria a la evaluación y al mérito, la RE enfatiza el desarrollo
profesional de los maestros en servicio, a través de mecanismos de capacitación
y tutoría. La idea central es que cada docente identifique sus áreas de
oportunidad para mejorar sus competencias pedagógicas y, con ello, se logre
favorecer el máximo aprendizaje de los estudiantes. Así, evaluación y formación
docente forman un binomio inseparable donde se cimienta la RE.
La
Reforma implicó modificar el artículo 3º constitucional y la Ley General de
Educación (LGE), así como promulgar dos nuevas leyes secundarias: la Ley
General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) y la Ley del Instituto
Nacional para la Evaluación de la Educación (LINEE). Estas últimas están
diseñadas para que la SEP, a través de la Coordinación del Servicio Profesional
Docente, y el INEE trabajen de manera coordinada, de tal manera que los
procesos de evaluación señalados en la Constitución y en las leyes secundarias
se realicen en tiempo y forma.
En el
marco del Servicio Profesional Docente (SPD), al INEE le corresponde normar y
supervisar los procesos de evaluación docente; por su parte, la SEP es
responsable de diseñarlos, organizarlos e implementarlos. Este proceso es
sumamente complejo pues está conformado por una gran cantidad de etapas,
procedimientos e instrumentos, en donde ambas instituciones deben trabajar de
manera coordinada para lograr que la evaluación docente cumpla cabalmente con
los propósitos para los cuales se diseñó.
Avances
en materia de evaluación docente en México.
El
primer proceso de evaluación en el marco del SPD tuvo lugar en el ciclo escolar
2014-2015 con los dos concursos de oposición (uno ordinario y otro
extraordinario) para ingresar a los niveles de educación básica y media
superior. Aunque originalmente se había planeado la realización solo del
primero de ellos, el bajo porcentaje de aspirantes que obtuvo resultados
satisfactorios y la necesidad de las entidades federativas de ocupar las plazas
vacantes, obligaron a realizar un concurso extraordinario. En la siguiente
tabla se muestran algunos datos que dan idea de la magnitud del proceso de
evaluación.
Como en su momento se informó, una gran cantidad de aspirantes a
ingresar al SPD no obtuvo una calificación satisfactoria en estos primeros
concursos de oposición: 88 mil 770 (60%) en educación básica y 23 mil 260 (67%)
en educación media superior.
Respecto de los procesos de evaluación para el ciclo 2015-2016, al 17 de
mayo de 2015 se habían registrado 246 mil 256 aspirantes a participar en los
ocho concursos que se realizarán en la educación básica y media superior
correspondientes al Ingreso y Promoción a cargos de Dirección, Supervisión y
Asesoría Técnica Pedagógica.
Retos
para implementar la reforma y la decisión de suspender indefinidamente la
evaluación de docentes
La RE en materia de evaluación docente pasó su primera prueba con la
realización de los concursos de ingreso 2014-2015 para la educación básica y
media superior. Sin embargo, la verdadera “prueba de fuego” está representada
por la evaluación del desempeño a
profesores que se encuentran en servicio, que incluye la promoción en la
función y la permanencia. La promoción en la función implica, entre otras posibilidades,
obtener mayor número de horas frente a grupo o un tipo de reconocimiento
(económico o de otro tipo); el reconocimiento en el servicio significa
la posibilidad de fungir como tutor o asesor técnico pedagógico; y, la permanencia se traduce en mantenerse en la función
que se desempeña. La evaluación del desempeño de cerca de 1.4 millones de
docentes está programada para realizarse en un periodo de tres años, comenzando
a partir del mes de septiembre de 2015.
Todas las evaluaciones deberán proporcionar información que permita
mejorar las competencias pedagógicas y disciplinares de los profesores a través
de actividades de desarrollo profesional que garanticen un mejor desempeño de
los docentes y, en consecuencia, un mejor aprendizaje de sus estudiantes.
Si bien los propósitos principales de esta evaluación son: a) valorar el
desempeño de los maestros para garantizar el nivel de suficiencia en la función
que desempeñan y b) identificar necesidades para emprender las acciones de
formación continua, tutoría y asistencia técnica a los docentes, no se puede
obviar el hecho de que esta evaluación tiene consecuencias importantes, tanto
positivas como negativas, para los profesores. Esta es la razón por la que el
magisterio ha manifestado su preocupación por la forma en que serán evaluados,
y en algunos casos, su rechazo absoluto a la RE.
Esta oposición de los profesores se ha expresado principalmente a través
de la Sección 22, de Oaxaca, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE), conocida como Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE), aunque esa oposición ha tenido eco en otros estados como
Guerrero, Michoacán y Chiapas. Los maestros disidentes han realizado
actividades de protesta tanto en sus entidades como en el Distrito Federal, llegando
al extremo de bloquear carreteras, asaltar edificios que albergan oficinas de
educación y del Instituto Nacional Electoral, obstruir el acceso a aeropuertos
y ocupar, por periodos prolongados, espacios céntricos de diversas ciudades.
Incluso hubo intentos, sin éxito, de boicotear las elecciones del 7 de junio
pasado.
La
querella de la suspensión
En respuesta a la decisión unilateral por parte de la SEP de suspender
la evaluación docente, el INEE emitió un comunicado en el que exigió al
Gobierno de la República dejar sin efectos la suspensión indefinida de los
procesos de evaluación del SPD argumentando, entre otras razones que:
“…esta decisión atenta contra el artículo 3º de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y de sus leyes reglamentarias, así como de los
lineamientos para regular los procesos de evaluación del Servicio Profesional
Docente (SPD), del Programa de Mediano Plazo para la Evaluación del SPD
2015-2020 y del Calendario de Evaluaciones 2015…” (Comunicado de prensa No. 20).
La posición del INEE fue enérgica y clara. Pero la decisión de la SEP
fue también duramente criticada por organizaciones sociales lo cual se reflejó
en los medios de comunicación y en las redes sociales como un clamor social de
vastas dimensiones. En la inmensa mayoría de los casos se le exigió al Gobierno
Federal no violentar la autonomía del INEE y continuar con la evaluación de los
docentes, al considerarla un componente central de la RE y un elemento
indispensable para mejorar la calidad de los servicios educativos del país. El
caso trascendió a los medios de comunicación internacionales como el The Financial Times, The Economist y
el Wall Street Journal. Afortunadamente, como se dijo
antes, el Secretario de Educación, Emilio Chuayffet Chamor, modificó su postura
días más tarde al anunciar que se mantenían las fechas de los procesos de
evaluación de Ingreso, Promoción y Permanencia en el SPD. Esta decisión, que
impidió se afectara el calendario de las evaluaciones, fue gratamente recibida
por el INEE, la sociedad civil y los medios de comunicación.
Reflexiones
finales
La reacción pública ante la “suspensión indefinida” de la evaluación
docente fue una expresión política poderosa de la sociedad y una defensa de la
RE, la cual, desde este punto de vista, obtuvo un triunfo político contundente.
Hoy en día es difícil poner en duda el anhelo social por que los cambios
anunciados en educación continúen y se lleven a buen término. Y habría que
añadir esto: ninguna otra reforma educativa del pasado concitó tal apoyo,
lo cual pone de relieve la importancia que la sociedad concede a los cambios
educativos propuestos.
Pero el peligro que corre la reforma educativa no ha sido completamente
superado. Si bien es posible que no tenga “enemigos internos” como inicialmente
se sospechó, en el exterior se ha constituido un escenario bastante complejo.
En algunos estados de la república como Oaxaca, Guerrero, Michoacán, no
sólo se ha cristalizado un movimiento de oposición y rechazo a la RE, sino que
además se han gestado acciones colectivas violentas que van más allá del
horizonte educativo. Las protestas y las resistencias tienden a ideologizarse, a sobrevivir en la coyuntura y a plantear agendas fuera de la educativa. Lo que coloca al magisterio en la dinámica "politica" estatal y nacional, hace del magisterio una fuerza colectiva susceptible de venderse al mejor postor, y ser la punta de lanza no de una Reforma, sino de una contrarreforma, todavía más retrograda y peligrosa. Retrograda por que mira al pasado, diseñada para una sociedad atrasada y sin márgenes de maniobra en el sistema mundo actual, y peligrosa, por que siendo el maestro un sector movilizador de conciencias, no deja de ser tentado hacia posiciones redentoras y victimistas, que solo aceleran las inconformidades y las tentaciones violentas de otros sectores sociales.
(1) Mtro. Edgard González Suárez, Profesor de Tiempo Completo en la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana, Campus Mocambo, Boca del Río, Veracruz. Miembro del Cuerpo Académico en formación, "Estudios Críticos sobre Sociedad, Cultura y Educación", de la Facultad de Pedagogía de la UV.
(2) Retomado del texto de Guevara Niebla y Eduardo Backhoff Escudero, miembros de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
(2) Retomado del texto de Guevara Niebla y Eduardo Backhoff Escudero, miembros de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
domingo, 16 de octubre de 2016
Políticas Públicas Educativas
Veracruz,
Ver., 17 de Octubre de 2016.
La Burocracia y las Políticas Públicas
Mtro. Edgard González Suárez
La burocracia juega un papel central en el
diseño, implementación, evaluación y resultados de las políticas públicas, el
autor nos hace una breve síntesis de los dos enfoques predominantes en la
implementación, el modelo directivo de “arriba hacia abajo” (top-down), y el
modelo constructivo de “abajo hacia arriba” (botomm-up). Y destaca en su
apartado el papel central que juega la burocracia en toda política pública. Sin
embargo, el mismo autor se define a favor de un enfoque complejo, donde asegura
que la burocracia, pero no solo ella, es agente participante en el diseño,
construcción, implementación, evaluación y resultados de una Política Pública.
La línea directiva de “arriba hacia abajo”,
tiene muchas ventajas de orden, criterio, legalidad y propósitos, elementos
básicos para el diseño e implementación de una Política Pública. Acontece que
se gana en tiempo y en cierta coordinación para su soporte legal y cobertura,
pero se pierde a la hora del aterrizaje, a la hora del contacto cara a cara con
las poblaciones objetivo, con las culturas y valores de los grupos y
comunidades sociales. En otras palabras, se diseñan muy bien en el papel pero
se atoran con severidad en su implementación en campo. Prevalece la idea del
control, y se deshecha la idea de la participación social.
La línea constructiva de “abajo hacia arriba”
tiene muchas ventajas de participación, de coparticipación de varios actores
sociales, de identificación precisa de los problemas, de los enfoques vivenciales
desde origen mismo del problema, pero carece casi siempre de soportes legales,
fuerza institucional, extensión y casi siempre de financiamiento.
Mi perspectiva es que definitivamente la
burocracia, y sus agentes especializados juegan un papel central, y que en la
burocracia están los cuadros especializados en cada rama de la Gobernanza, y
tienen a su disposición los dispositivos administrativos y políticos más
importantes para llevar a cabo estas tareas. Pero al mismo tiempo, como el
autor señala, existen límites y deficiencias propias de las é lites burocráticas
para sensibilizarse sobre cada uno de los temas e incluso disponer del mejor
trato y cooperación interinstitucional.
Por ello, me parece vigente la posición del
autor sobre la búsqueda de enfoques híbridos, y con una perspectiva pluralista,
de concurso de varios actores y agencias en la implementación de las Políticas
Públicas.
El enfoque de trabajo por redes “Policy-Networks”,
es un excelente ejercicio para buscar la cooperación entre varias agencias y
agentes que permitan la creación de una red de necesidades y una red de
participaciones (compromisos y responsabilidades) y una red de soluciones. Ahora bien, el enfoque basado en resultados
“Policy-outcomes”, se centra tanto en los resultados de la negociación entre
agentes de participación, como en los resultados al final de la implementación
de una política pública determinada.
Estos y otros ejercicios del enfoque hibrido
y pluralista será, en mi opinión, lo que debería prevalecer en nuestro país,
caracterizado por una gran diversidad social y cultural, niveles de ingreso,
necesidades específicas en las regiones territoriales del país, los grados de
desarrollo urbano, tecnológico, habitacional, y productivo, frente al
desarrollo rural, campesino e indígena. Una sociedad como la mexicana requiere
de altos grados de sensibilidad regional y sociocultural para hacer exitosa una
política pública, y para eso, ciertamente es vital la participación de la
burocracia, pero sin duda, en las más de las veces, para cierto tipo de
políticas públicas, es indispensable del encuentro plural y de la diversidad
social en nuestro país.
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