FENOMENOLOGIA DE LAS PROTESTAS
Edgard González Suárez
9 de junio 2020
Las protestas en los EEUU continúan, siguen, arrecian, se
estacionan pero no menguan ni se detienen. La fenomenología de la protesta y la
crisis social en los EEUU nos refiere de entrada a un asunto complejo, con
diversos componentes y de distinto contenido, composición y objetivos.
Tendemos a explicar que la causa de tal o cual acción, es la pobreza, la ideología, el racismo,
o cualquier otro “culpable”, llámese como se le llame: hispanos, negros,
izquierdistas, antifascistas, minorías, epidemia, etc.
Pero intentemos de dejar de buscar causas…y tratemos de
comprender qué expresan esas manifestaciones, cómo son, por dónde podrían
caminar, qué sienten los involucrados, qué sentido tiene para los
participantes, que se cuentan por miles, decenas de miles, en más de 65 ciudades
y sobre todo, las ciudades más importantes de América del Norte.
Las movilizaciones se caracterizan por una presencia juvenil,
mayoritariamente, pero no exclusivamente, se han podido ver, adultos, adultos
mayores e incluso niños acompañando a sus padres y/o familiares a las protestas.
Los participantes son trabajadores y trabajadoras de clases medias, estudiantes
escolarizados de high school y Universitarios, médicos, abogados, periodistas, miles
de desempleados e incluso actores y deportistas profesionales. También se han
visto, agrupamientos más ideológicos y políticos, como las agrupaciones "Anonymus", "Antifa", "Anarquistas", "Antiglobalistas". Es decir, concurren distintos proyectos,
distintos intereses, distintos objetivos. Y sobre todo, distintos métodos de
lucha.
Las protestas no han sido violentas mayoritariamente, hay
decenas de marchas y movilizaciones pacíficas, sin proyectiles, sin fuego, sin palos, sin gasolina, pero sobre todo sin el interés
de dañar a otros, a las propiedades o a los negocios.
Qué expresan esas movilizaciones?: Ira, frustración, rebeldía, y
en algunos casos, desesperación. Pero también esas movilizaciones expresan
deseos de cambio, de justicia, de reformas legales y políticas, de esperanza,
de un entorno menos tóxico y dañino para la vida y la convivencia con los demás.
Aparecen agrupadas, según mi punto de observación, cuatro líneas
de acción y propósitos en las movilizaciones:
a) Aquellos que claman que cese el racismo tolerado y mantenido
por el sistema jurídico y judicial, que piden cambios en los procedimientos
policiacos y sobren todo una mayor responsabilidad y justicia frente actos como
los vividos por George Floyd, y el destierro de la brutalidad policiaca.
b) Aquellos que reclaman cambios en la gestión política y económica
de la nación. Los preocupados por el Coronavirus, la pandemia, los 40 millones
de desempleados y las dificultades del salario y los ingresos familiares. La parálisis
económica y la perdida de competitividad en el mercado nacional e
internacional.
c) Aquellos preocupados por las agonías del otrora imperio
americano, la confrontación internacional con China, Rusia, Irán, Venezuela,
Cuba, Corea del Norte, Siria, México y
Europa. Es decir, los preocupados por la decadencia y crisis de la hegemonía
internacional norteamericana.
d) Aquellos que aprovechan la coyuntura para generar
desestabilización al Gobierno Americano, los llamados antisistema, que son una
especie de legión global, sin liderazgos personalizados, que se hiper-comunican
globalmente, vía las redes sociales, y
que tienen una agenda desestabilizadora, de confrontación y violencia.
El gobierno Americano no ha podido dar respuesta a estas líneas de
acción. No tiene respuestas, se ha centrado en el uso de la fuerza y la amenaza
para dispersar y contener las movilizaciones, estrategia, que por cierto, no le
ha dado resultado.
Esta semana que inicia será la tercera de protestas y movilizaciones. Insistimos, ojala, el Gobierno y los
ciudadanos americanos le encuentren rápido
la cuadratura al círculo, sino las victimas podrían seguir acumulándose.
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