MACROSCOPIO
Edgard González Suárez
07 de marzo de 2022
UCRANIA HUYE DESPAVORIDA
El 24 de febrero pasado, Vladimir
Putín, dio inicio a la invasión a Ucrania, es decir, hace apenas 10 días, y
como lo hemos venido diciendo hay que tener mucho cuidado con el ruido
mediático y la guerra de propaganda desatada, no solo en el frente de combate,
sino en la retaguardia, y en todas las zonas declaras aliadas, de uno u otro
bando, y en aquellas que mantienen un estatus neutral, donde la propaganda
también tiene su función y hace su tarea.
En estos días se han agrupado dos
bandos informativos y propagandísticos, los que tratan de imponer en el
imaginario colectivo la “idea” de la maldad histórica de Rusia, por un lado, y el
de la legítima defensa y derecho a la seguridad de Rusia por el otro. Por su
puesto en los medios occidentales, como lo comentamos la semana pasada, la
primera idea se hace circular por redes sociales, medios electrónicos, radio,
prensa y tv. En los estados o zonas bajo liderazgo y presencia ruso, se difunde
la segunda idea, por todos los medios convencionales e incluso las redes
sociales.
Se han conformado tres racimos de interpretaciones acerca del conflicto Ruso-Ucraniano:
1. Vladimir
Putin enloqueció, no ha descansado en tratar de restituir el antiguo Imperio de
los zares, y la invasión de Ucrania, no es sino la parte inicial de su
expansión hacia toda Europa.
2. Los
Estados fronterizos con Rusia (Estonia, Letonia, Polonia, Lituania, Ucrania,
Bielorrusia, etc.) Tienen el derecho inalienable a decidir, a qué bloque
estratégico pertenecer, para comerciar y asegurar su integridad sociopolítica
frente a potencias extranjeras.
3. Rusia ha
invadido a Ucrania por sus reservas petroleras y de gas natural, con lo cual,
la invasión tiene un carácter imperialista de tipo económico.
En las tres interpretaciones, la
federación rusa, aparece como el “demonio desatado”. O bien, Rusia tiene un
delirio milenario sobre su historia y expansión en el mundo; o bien, Rusia
quiere el control político de las zonas fronterizas en la Europa eslava y
báltica, o bien, Rusia ataca a un país independiente que quiere controlar sus
recursos y vendérselos a quien más le convenga.
Con este análisis y propaganda
global, los países europeos han intentado hacer frente al “Oso Ruso” que se ha
decidido dar zarpazos a una inocente, débil, e ingenua Ucrania, interpretación,
que pienso yo, no debemos aceptar bajo ninguna circunstancia.
En sentido complementario y para reforzar la propaganda de guerra, se ha querido construir en el ánimo de la población, por un lado, una lucha desigual, que desde luego lo es, y brutalmente desigual; y por otro, una lucha heroica, del pueblo Ucraniano, que ha decir verdad, salieron despavoridos de las principales ciudades Ucranianas, empezando por Kiev, la capital. Dejando a las milicias y, al ejército Ucraniano, en el frente de lucha. Sin embargo, la narrativa mediática es otra:
“Kiev resiste como nadie”
“Kiev detiene el avance de las
tropas rusas”
“Kiev derriba helicópteros y
tanques rusos”
“Los civiles, sin capacitación
militar, se enrolan en la defensa del país”
“El ejército ruso sorprendido por
la defensa Ucraniana”
“Los milicianos ucranianos matan
a general ruso”
Lo cierto es que la región del
donbáss, desde el inicio de la invasión quedó bajo control ruso, la ciudad de
Jarkov, Maruipol y Jerson en la frontera oriental han sucumbido, y Odesa,
Mykolaiv y Kiev se encuentran sitiadas y bajo fuego.
Decíamos desde la semana pasada
que esta propaganda solo favorece el estado de animo favorable a la Guerra. A
los misiles rusos se extendieron una serie de medidas económicas que intentan
cercenar el avance ruso. Rusia por su parte declaró que dichas sanciones son un
ataque y un robo a Rusia, y el gobierno de Rusia declaró, que cualquier intento
por bloquear el espacio aéreo de Ucrania sería considerado como un acto hostil,
de cualquier país involucrado.
Nadie, hablaba de negociaciones, éstas se iniciaron, entre la delegación rusa y ucraniana, precisamente hace una semana, y sin ningún acuerdo práctico, a excepción de la formación de corredores humanitarios para los refugiados. Apenas el sábado 5 de marzo, Israel se constituyó, a la velocidad de la luz, en mediador del conflicto, a propuesta de Alemania, mediación que ha sido interpretada desde varios enfoques. El más lógico es un alto urgente a la guerra, para evitar un desastre a la economía mundial. Una entrevista de tres horas, entre el primer ministro, Neftalí Bennet de Israel y, Putin, en Moscú, bien podría encauzar la Guerra hacia su fin, aunque, aún no se sabe, bien a bien, las propuestas ahí discutidas ni la respuesta de Europa.
Es probable que este lunes se
reanuden las negociaciones entre Rusia y Ucrania, veremos si la mediación
israelita sirvió de algo. Mientras tanto, la propaganda se refuerza y continua.
Pongamos más atención a la negociación, y menos al ruido mediático.
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