MACROSCOPIO
Edgard
González Suárez
24/octubre/2021
UN
RETORNO SEGURO ORDENADO Y PAULATINO A CLASES
En menos de tres semanas el presidente
López Obrador ha hecho gestos y enseñado los dientes, a las Universidades en
general y a la Universidad Nacional Autónoma de México en lo particular. Lo que
no deja de interpretarse como un malhumor o malestar en contra del mundo académico.
Hace ya tres semanas, justo cuando más arremetía en medios la idea del retorno a clases en todos los niveles educativos, el presidente en su habitual falta de discriminación a cerca de los problemas que afectan al país, y su ya conocida generalización de diagnósticos, no siempre bien fundamentados. López Obrador se fue en contra de las universidades que no habían regresado a clases presenciales. En la mañanera de día 07 de octubre cuestionó “¿Por qué se demoran las universidades en el regreso a clases?, ¿por qué no muchas universidades no regresan a clases? y escuelas públicas que no están regresando a clases... ¿Por qué razón? Está muy cómodo para quien está recibiendo su dinero y está en su casa y no corre ningún riesgo y, ¿nos vamos a acostumbrar a eso? Todo eso significa atraso, entonces si ya se vacunó a maestros, si ya ha quedado de manifiesto que no hay riesgos para alumnos o no hay riesgos graves, ¿por qué no se regresa a clases?, es un llamado a los sindicatos también de las universidades, es un llamado respetuoso a las autoridades universitarias y también a los estudiantes. Ya vamos a reunirnos, a reencontrarnos en las aulas”.
Este discurso en
plena mañanera bastó para entender que el regreso a clases presenciales sería
inminente y casi, casi, obligatorio, en todos los niveles educativos. Todos los
académicos del país, atentos a estas palabras se dividieron en varios bandos: 1)
unos decididos ya a regresar a clases, por ya no sentirse cómodos ni a gusto
trabajando en línea, desde su casa., 2) otros más decididos a no regresar a clases
hasta que no haya garantías de estar seguro y no correr riesgo de contagio en
las aulas y las escuelas, 3) quienes en
efecto, sin tener al centro el tema del riesgo, ni tampoco el deseo por
regresar ya, han adelantado que esta forma de trabajo les conviene más y ya se
han acomodado a estas circunstancias, y si por ellos fuera, no regresarían al
modelo anterior., 4) otros más, quienes se han sumado a la resistencia anti-obradorista,
y con o sin argumentos de por medio, hacen campañas en redes (a través de
memes, bullos, supuestos documentos oficiales, notas de “expertos”, trolles,
etc.) para manifestar y representar un supuesto “rechazo” al regreso a clases,
sólo porque López Obrador insiste en un pronto regreso a las clases
presenciales, y ante López Obrador hay que manifestar siempre rechazo a sus
propuestas.
La UNAM, la más
grande del país contiene una matrícula de más de 350 mil alumnos, solo alumnos,
más docentes, investigadores, trabajadores administrativos, seguridad e
intendencia, que se concentran obviamente preferentemente en las aulas y en los
distintos campus en la Ciudad de México.
La Universidad Veracruzana, la más grande del Sur-Sureste del país contiene una matricula de casi 90,000 estudiantes, y mueve, con sus demás componentes cerca de 120,000 personas.
Pero vayamos a las
respuestas, el presidente pregunta ¿Cuál es la razón por la que las
Universidades no regresan a clases presenciales?:
1. Las Universidades, y específicamente la Universidad Veracruzana
NO ha dejado de trabajar, ha logrado mantener su compromiso con 331 programas
educativos, en todos sus niveles. Habría que decirle al presidente, que no
debería asumir que NO queremos regresar a clases, por que podríamos interpretar
o inferir, que él o sus asesores, le han convencido de que NO hay clases en las
universidades, lo cual, a todas luces es falso.
2. Es muy probable, que su cuestionamiento sobre una posible comodidad
al estar en casa, sin trabajar, y cobrando un sueldo, sea en la mayoría de los
casos, otra gran distorsión de la realidad. Trabajar en línea, con la misma integración
de los grupos escolares como veníamos trabajando de manera presencial, es mucho
más trabajo, y más desgaste frente a la computadora.
3. El gobierno nos confinó a nuestras casas por una emergencia
sanitaria, se nos alertó de riesgos, nos pidió cuidados, y nos recomendó no
salir y evitar el contacto o acercamiento social.
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