Por Andrés Simón Moreno Arreche (*)
¿Se puede teorizar el caos en las sociedades?
Comencemos por el principio: La idea fundamental de la Teoría del Caos
Social es el estudio de los sistemas inestables, en los que dados determinados
procesos naturales, pequeños cambios en las condiciones iniciales conducen a
enormes discrepancias en los resultados. Este principio suele llamarse ‘efecto
mariposa’ debido a que, en meteorología, la naturaleza no lineal de la
atmósfera ha hecho posible que el aleteo de una mariposa en determinado lugar y
momento, pueda ser la causa de un terrible huracán varios meses más tarde en la
otra punta del globo. Un ejemplo más práctico sobre el ‘efecto mariposa’
consiste en soltar varias veces una pelota justo sobre la arista del tejado de
una casa. Pequeñas desviaciones en la posición inicial pueden hacer que la
pelota caiga por uno de los lados del tejado o por el otro, conduciendo a
trayectorias de caída y posiciones de reposo final completamente diferentes.
Así se puede evidenciar que los cambios minúsculos conducen a resultados
totalmente divergentes.
En las relaciones sociales, los sistemas dinámicos a que hace referencia
la Teoría del Caos, pueden estudiarse a partir de su “espacio de fases”, es
decir, la representación coordenada de sus variables independientes. En estos
sistemas caóticos, es fácil encontrar trayectorias de movimiento, que se
definen como comportamientos sociales cualificables no periódicos, pero cuasi
periódicos. En este esquema se suele hablar del concepto de Atractores Extraños que no son más que
trayectorias en el espacio de fases hacia las que tienden todas las
trayectorias normales. En el caso de un péndulo oscilante, el atractor sería el
punto de equilibrio central. En el comportamiento social es el equilibrio de
valores socialmente aceptados, desarrollados y practicados por el conglomerado
social.
La ‘Teoría del Caos Social’ concibe un nuevo paradigma, tan amplio y tan
importante como pudo ser en su época la unión entre sociología y psicología
aunque, quizás por su inmadurez, aún no se tenga claro todo lo que puede dar de
sí esta nueva forma de pensamiento social, que abarca campos de aplicación tan
dispares como el comportamiento de las multitudes, los efectos de la
comunicación propagandística, los referentes culturales o las nuevas políticas
económicas emergentes. Aunque la matemática caótica tiene resultados
concretos porque los sistemas que se estudian están basados estrictamente con
leyes deterministas aplicadas a sistemas dinámicos, la estadística inferencial
de la ‘Teoría del Caos Social’ trabaja con modelos aleatorios para crear series
caóticas predictivas, que son útiles en el estudio de eventos
presumiblemente caóticos en las Ciencias Sociales.
De acuerdo, pero…
Pero no todo está dicho y habría que indagar y hasta profundizar en
muchas otras cuestiones relacionadas con el caos en las sociedades. Por
ejemplo, ¿Cómo se produce? ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Es el caos social un
‘desorden’ o un orden no-conocido?
En las sociedades, el caos comienza como una ‘crisis de percepción’. Lo
que parece no necesariamente es ‘lo-que-es’ y la percepción se convierte en la
realidad para los perceptores. Esa situación, en la que tiene mucho que ver los
‘agentes’ ductores y manipuladores de la opinión pública, la llamamos ‘vórtice
social’, que como los vórtices que se suceden en la naturaleza, es un sistema
aparentemente desordenado pero que en conjunto representa un orden distinto,
inesperado, fatal para el statu-quo en muchas ocasiones. El vórtice
social se presenta, bien de manera espontánea por acumulación social de
pequeños cambios, bien de manera accidental o provocada por variables endógenas
o exógenas. Esto es así porque la complejidad del mundo nos ha conducido a
simplificar la realidad, a abstraer la naturaleza para hacerla cognoscible y,
tristemente, a caer en la trampa de la dualidad. Bien y mal; objetivo y
subjetivo; arriba y abajo; revolucionario o escuálido. Pero la tendencia
a ordenarlo todo choca con la misma realidad, irregular y discontinuo. Muchos
científicos sociales ya han renunciado a la ilusión del orden para dedicarse al
estudio del caos, que acepta al mundo tal y como es: una imprevisible
totalidad. Si bien las leyes del caos ofrecen una explicación para la mayoría
de los fenómenos naturales, desde el origen del Universo a la propagación de un
incendio o a la evolución de una especie, también arrojan luces esclarecedoras
sobre los fenómenos sociales aparentemente inexplicables.
En el estudio del
comportamiento humano y del consecuencial ‘orden social’, el problema parte del
concepto clásico de ciencia social, que exige la capacidad para predecir de
forma certera y precisa la evolución de las estructuras y hasta del
comportamiento masivo en un conglomerado, desde las más elementales
agrupaciones humanas como la familia y el dintorno social, hasta las más
etéreas pero complejas organizaciones sociales como las vecinales, las
municipales, el país y el Estado.
- (*) Primera de tres partes
- Comumicólogo.
- Asesor de Identidad e Imagen Corporativas.
- Profesor de Mercadeo Electoral
- Escritor