MACROSCOPIO
Edgard González Suárez
26 de MARZO de 2023
LA DISPUTA INTERNA EN EL PRI
El 17 de marzo de este año, un día antes de
la marcha convocada por el presidente de la república, en una plática informal,
me comentaron dos cosas: 1) que “Alito” Moreno se sostendría como dirigente
nacional del PRI, y 2) que se haría del control de las bancadas en ambas
cámaras parlamentarias. Esos dos “chismes”, comenté a mi interlocutor, dejaría
a los Peñanitistas, como dueños absolutos del control del partido, las cámaras
y por supuesto, de posibles negociaciones con el poder en el tramo final del
sexenio de López Obrador.
El miércoles 22 de marzo, una nota que corrió como pólvora desde media mañana fue que Miguel Ángel Osorio Chong había sido derribado de la coordinación de la bancada del PRI en la cámara de senadores.
Osorio Chong, visiblemente molesto y hasta dolido,
dio una conferencia de prensa espantosa, admitió que una mayoría de 7 senadores
sobre 13, todos de la bancada priísta, decidieron removerlo de la coordinación,
y él antes de ser votada su sustitución, “prefirió” no prestarse al juego y
dejarles la coordinación, para sus “intereses”.
A ver, si 7 senadores deciden que es mejor
relevarte del cargo de coordinador, entre ellos Beatriz Paredes, Jorge Ramírez
Marín, Sylbana Beltrones, Mario Zamora Gastelum, Ángel García Yáñez, entre
otros, es muy probable, no que hayas hecho las cosas mal, sino que tus
talentos, habilidades e intereses que representas ya no son funcionales al Partido
y a su bloque parlamentario, para el nuevo ciclo político que inicia.
Lo evidente es que el bloque parlamentario
estaba dividido desde el inicio, entre salinistas y peñanietistas, y lo que se
disputan en realidad, yo he insistido en eso, es en quién encabeza las
negociaciones del partido con el nuevo régimen y para qué, con qué objetivos.
Todo empezó el 14 de junio del año pasado,
cuando en una insólita reunión política que reunió a políticos en activo y
otros sacados de las catacumbas, a senadores a diputados y a expresidentes del
PRI, para pedir la salida de Alejandro Cárdenas de la dirigencia del partido, ahí
para la foto reaparecieron Dulce Ma. Sauri, Pedro Joaquín Codwell, Roberto
Madrazo, Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Humberto Roque y Mario
Villanueva.
Para el 17 de diciembre en sesión
extraordinaria del Consejo Político Nacional, se aprobaron modificaciones a los
estatutos, para prorrogar en los hechos, el mandato de Alejandro Moreno Cárdenas
al frente del PRI, hasta el 2024.
Como respuesta política de algunos inconformes, entre ellos Osorio Chong y Claudia Ruíz Massieu, presentaron, solo cinco días después del cambio de estatutos, un juicio para defender los derechos político-electorales de la ciudadanía, y que ya fue avalado por el INE y se encuentra en espera de la respuesta del Tribunal federal electoral.
Apenas el 31 de enero de este año, “Alito” se
presentó, sin haber sido invitado, a una reunión de la bancada, para la
instalación del Congreso de la Unión, que el propio Osorio Chong tuvo que
suspender, y a dicho del propio Alejandro Cárdenas, salió huyendo.
El 9 de febrero, se reunieron de manera
personal, en la sede del PRI, Alejandro Moreno, presidente del CEN del PRI, y
Miguel Ángel Osorio Chong, coordinador de los senadores del PRI en esa cámara.
De donde, dijeron en conferencia de prensa, salieron más unidos que nunca para
enfrentar al gobierno y las elecciones de este año.
Apenas el 22 de marzo, En una
jugada, al más puro estilo de la casa, quedó empotrada en una pica a las
afueras del senado, la cabeza de Osorio Chong, ahora excoordinador de la
bancada del PRI en el senado, se fueron con él, es decir, se solidarizaron, por
supuesto la corriente derrotada: Claudia Ruiz Massieu Salinas, (Expresidenta
Nacional del PRI), Eruviel Ávila (exgobernador salinista del Edo. De México), Verónica
Martínez García, Nubia Mayorga Delgado, y Carlos Humberto Aceves del Olmo.
Sin duda, con todo el control político que “Alito” tiene dentro y fuera del partido, es quizá el Presidente Nacional de un partido político, con más poder en este momento. Ni Layda, ni Chong, ni Salinas, pudieron derribarlo, al contrario, se encuentra ahora en una mejor posición, descabezó a los salinistas, y recibirá los embates desde afuera, pero dentro del partido, los derrotó, y los seguirá purgando. Eso no quiere decir que no se vayan a reconciliar, sino que no lo harán, teniéndolo dominado o sumiso a poderes externos al partido.
Como dije al inicio, se cumplió
un chisme, el otro esta por verse, el tribunal federal electoral tiene la última
palabra.